La afición a la canaricultura -aunque nuestro padre ponía a criar todos los años ocho parejas de remixtos (canarios de postura rizada y con color)- nace a comienzo de los 90. Podemos decir que en comparación con los gallos y las palomas mensajeras somos jóvenes canaricultores, pero que una vez embriagados por la cría del canario, nos sentimos afortunados de ser herederos de aquella inclinación ensoñadora de los guanches; criar en cautividad el canario.
Fue con la llegada a Canarias en 1402 de Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle dos normandos al servicio de Enrique III de Castilla, cuando la naturaleza canaria desde su sencillés, asombra a ambos con una pequeña y sutil avecilla que surge de su interior, más que por su hermoso plumaje, por su asombrosa facultad cantora y su carácter frágil, alegre y cordial.
Se dice, que el serinus canarius, que actualmente revolotea libre por nuestros campos y que los aborígenes de estas islas, aun desde su condicionamiento neolítico capturaban y cultivaban, fue depositado por los dos capitanes como botín ante el rey de castilla.
La belleza de su plumaje, amarilloverdoso en la frente, región superciliar, garganta, pecho y rabadilla; un bajo vientre y las intracoberteras caudales de color blanco, el rostro grisverdoso y salpicado de negro, remeras grises, coberteras verdeamarillentas y timoneras grises orilladas de amarilloverdoso, un canto armonioso de notas altas, claras y sonoras, la alegría y sociabilidad de su carácter, su adaptación fácil y rápida a la vida de cautividad; suscitó que los conquistadores enjaularan e importaran grandes cantidades de canarios, según consta en numerosos documentos notariales inéditos que se custodian en los archivos históricos de Canarias y en el Archivo General de Simancas.
A partir de aquel momento, el canario se extendió primero por España, Francia y después por Inglaterra, Flandes y Europa central, desde aquí por toda Italia hasta Austria, a medida que los reyes, la nobleza y más tarde la burguesía los requería como adornos de sus lujosos palacios y residencias, en jaulas o en pajarerías al aire libre.
Los canarios inician la conquista de Europa desde la península, llevan el nombre de CANARIAS a todos los rincones del planeta. Nos dice el Dr. D. Juan Regulo “averigüé, que ya, en 1556, el canario había llegado a Perú, según nos cuenta el Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales, y que, según el Padre Vasconcellos, en su Vida do P. Anchieta, a éste, natural de Tenerife (traduzco), “le llamaban el canario, por alusión a su patria, y por el pájaro que más agrada a los oídos de los hombres”, afirmación que recoge también el Padre Antonio Franco, en su libro Vida do Admirável Padre José de Anchieta”.
Debido a su cuidado y cría en cautividad, junto con cruces y selecciones, surge en 1600 una mutación, el color de su plumaje se va convirtiendo paulatinamente en amarillo, carácter este que se hace hereditario.
A partir de aquí, los canarios modifican su primitivo patrimonio genético, cambiando sus plumas, su estructura ósea, su canto, etc. En 1700 aparece en Flandes una nueva mutación, un canario mas grande pero más ligero, como cosa interesante y novedosa, el pecho cubierto de plumas rizadas.
En 1793, después de mucha selección nos encontramos en Bélgica y Holanda, con el antepasado de los canarios rizados. Entre los que contamos en la actualidad con: rizado de parís, melado tinerfeño. rizado del norte y del sur, giboso español y padovanos que tan esmeradamente se cultivan en nuestras islas por aficionados a la canaricultura.
Por otra parte, la introducción del Cardenalito de Venezuela (Spinus cucullatus) de intenso color rojo carmín por los canaricultores modernos, ha dado lugar a la inclusión de este color en los canarios domésticos actuales como una variedad más, sin afectar su diseño ancestral.
Como podemos comprender, el serinus canarius, el ave que se encuentra en nuestros campos donde abundan las higueras y en nuestros montes de coniferas y laurisilva; que hace sus nidos en pinos, laureles silvestres, brezos, etc., se alimenta de yemas de plantas, semillas, granos y, sobre todo de higos, que puede vivir a una altura de hasta 1.800 metros sobre el nivel del mar, se baña en días calurosos en fuentes y charcos, y se le ve agrupado en bandadas, es el irrenunciable ancestro filogenético de las diferentes variedades de canarios que se crían en la actualidad.
Sin embargo, EL TIMBRADO ESPAÑOL, es el canario que mantiene en su estructura genética los más puro del canario autóctono de nuestra Tierra: EL CANTO
Fuentes:
- Canarini arricciati de Baseggio-Lombardini.; Edizioni Agricole. 1974.
- EL gran libro ilustrado de los canarios de Ricardo Brunelli.; Edt. de Vecchi.1991.
- Cría moderna de los canarios de Marina Roberti.;Edt. de Vecchi. 1971 .
- Revistas de la FOCDE.
- Bienvenidos a la Tierra de los canarios. Jerónimo Saavedra Acevedo.
- www.ao.com.br/m_histca.htm.: EL CANARIO, AVE-MACARONÉSICA-Noticias Bio-Histórica.II coloquio de Historia Canario-Americana (1977). Trabajo de investigación del Dr. D. Juan Régulo Pérez. Los mejores apuntes (desde mi óptica personal), que existen sobre el canario autóctono de nuestras islas (el canario ancestral)Se puede y se debe perder algo