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EL RIZADO DE PARÍS: París y Gigante Italiano. Cualidades distintivas.

31 octubre, 2017 Posted by hnosgarciaramos

 

ESPALDA: Manto y  ramillete.

 

En el presente artículo se analizan las cualidades distintivas que inciden sobre las plumas de la ESPALDA (pterilo dorsal) de ambas razas, es decir, sobre manto y ramillete de un Parisino y un AGI. Como referente, se parte del esquema de orientación, el “ESTÁNDAR SINTÉTICO: Planilla de Enjuiciamiento” (fig. 1), expuesto en un artículo anterior: “El Rizado de París y el Gigante Italiano. Cualidades distintivas”, publicado en esta misma revista.

Aunque, las imágenes de nuestro trabajo siempre pueden ser mejorables, seguiremos mostrando, con las fotos de nuestros rizados, los atributos propios de cada una de las razas, incidiendo de manera puntual y resumida en sus diferencias y similitudes.

ESPALDA de un Rizado de París (Parisinos) y de un Rizado Gigante Italiano (AGIs).

 

  El pterilo dorsal o espinal.

             Recorre la línea media dorsal del cuerpo desde la base de la cabeza (pterilo craneal) hasta las vértebras caudales y el pigóstilo en el extremo posterior de la columna vertebral (fig.1).

Fig.1. Pterilo dorsal

Fig.1. Pterilo dorsal

 

El primer tramo o tracto inicial es largo y delgado, dando lugar en su parte inferior (algo más ancha) a las plumas del manto (fig.1-2),  continúa con un ensanchamiento sobre el extremo posterior de la columna vertebral o tracto espinal para terminar reduciéndose en la región de la pelvis.

 

Fíg. 2  Manto de un Rizado de Paris y un AGI. Las fotos presentan a dos Rizados con un manto de plumas bien elimitado y  diferenciado según establecen los estándares de ambas razas. La primera imagen corresponde a un Rizado de París, cuya espalda exhibe un manto voluminoso de plumas que parten de su mediana de separación para caer a ambos lados (entiéndase por mediana, la linea que divide a la espalda en dos mitades o partes iguales de plumas, ejemplo, el resorte de una bloc. o libreta). En cuanto a su calidad, podemos considerarlo sobresaliente por su  perfecta construcción. En la segunda imagen, se muestra el manto de un Gigante Italiano cuyas plumas arrancan desde la zona central del dorso formando una corona con plumas en forma de ROSA, orientándose en su parte superior hacia la cabeza para luego fusionarse con el babero realzado y con las plumas que caen a uno y otro lado del dorso, sobre las alas."

Fíg. 2 Manto de un Rizado de Paris y un AGI.
Las fotos presentan a dos Rizados con un manto de plumas bien delimitado y diferenciado según establecen los estándares de ambas razas.
La primera imagen corresponde a un Rizado de París, cuya espalda exhibe un manto voluminoso de plumas que parten de su mediana de separación para caer a ambos lados (entiéndase por mediana, la linea que divide a la espalda en dos mitades o partes iguales de plumas, ejemplo, el resorte de una bloc. o libreta). En cuanto a su calidad, podemos considerarlo sobresaliente por su perfecta construcción.
En la segunda imagen, se muestra el manto de un Gigante Italiano cuyas plumas arrancan desde la zona central del dorso formando una corona con plumas en forma de ROSA, orientándose en su parte superior hacia la cabeza para luego fusionarse con el babero realzado y con las plumas que caen a uno y otro lado del dorso, sobre las alas.”

En el ensanchamiento o almendruco, aparece una eflorescencia de plumas que el estándar denomina “ramillete” (fíg,1-3); porque se trata, precisamente, de un ramillete de plumas  muy largas y sedosas que nacen en la base posterior del manto para caer lateralmente a ambos lados del dorso.

La parte de plumas del ramillete que caen sobre las remeras de las alas constituye el ramillete superior y las plumas que se encuentran bajo las remeras constituyen el ramillete lateral, distinción que el estándar no menciona.

Para algunos autores, el ramillete es un conjunto de plumas que el macho utiliza en el momento de la cópula para agarrarse y mantener el equilibrio en el batir de alas y poder fecundar a la hembra. En otras palabras, facilita la aproximación de las cloacas evertidas del macho y de la hembra para la transferencia del esperma. Por ello, su estructura es compacta, es decir, consistente  y vigorosa, cualidad que lo diferencia del manto.

Fig. 3 Ramillete En esta figura podemos percibir el ramillete de dos Rizado, desde una perspectiva aérea o a vista de pájaro. Observando el rizado de la primera fotografía, por el color del plumaje de su espalda distinguimos: el manto,  plumas de color claro-amarillo, y el ramillete, plumas de color oscuro que se encuentran a continuación del manto. En esta imagen, solo se pueden avistar las plumas correspondientes al ramillete superior; éstas se encuentran situadas encima de las remeras del ala. La segunda foto compete más a un trabajo de anatomía y fisiología, que a un estudio sobre las características del estándar de ambas razas. Sin embargo, nos permite ver y determinar la zona o pterilo en donde se originan las plumas que dan forma al ramillete, así como las situadas próximas a la rabadilla, las olivas. Las plumas del almendruco y dorso bajo o inferior de esta foto corresponden a un Rizado de París un vez desflorado de las plumas más largas y vaporosas del ramillete y olivas.

Fig. 3 Ramillete
En esta figura podemos percibir el ramillete de dos Rizado, desde una perspectiva aérea o a vista de pájaro.
Observando el rizado de la primera foto, por el color del plumaje de su espalda distinguimos: el manto, plumas de color claro-amarillo, y el ramillete, plumas de color oscuro que se encuentran a continuación del manto. En esta imagen, solo se pueden avistar las plumas correspondientes al ramillete superior; éstas se encuentran situadas encima de las remeras del ala.
La segunda foto compete más a un trabajo de anatomía y fisiología, que a un estudio sobre las características del estándar de ambas razas. Sin embargo, nos permite ver y determinar la zona o pterilo en donde se originan las plumas que dan forma al ramillete, así como las situadas próximas a la rabadilla, las olivas. Las plumas del almendruco y dorso bajo o inferior de esta foto corresponden a un Rizado de París un vez desflorado de las plumas más largas y vaporosas del ramillete y olivas.

 

En el último tramo o tracto final del pterilo dorsal o espinal se encuentran las olivas (fig.1-4), formadas por un grupo de plumas que van desde el ramillete hasta las vértebras caudales y el pigóstilo (la pelvis), los italianos  lo denominan esta zona “paracerco”. Este último pterilo, correspondiente al bajo dorso, será ampliado cuando desarrollemos el apartado del estándar: “plumas de gallo, olivas y muslos”.

Fig. 4  Olivas En esta figura, que comprende dos fotografías del dorso inferior próximo a la rabadilla, se pueden ver las olivas y el ramillete. La zona que ocupa la letra A, de ambas fotos, correspondería al ramillete cuyas plumas no están simétricamente colocadas con relación a la mediana de su dorso, sino que forman un pequeño revoltillo o revoltijo que, en algunos casos, origina en los rizados un desorden en las plumas de su lado derecho. En cambio, las plumas que forman las olivas, en un espacio comprendido entre el ramillete y la rabadilla, mantienen una perfecta simetría respecto a la mediana del dorso, según observamos en la zona señalada por la letra B de ambas fotografías, distinguiéndose así del ramillete.

Fig. 4 Olivas
En esta figura, que comprende dos fotografías del dorso inferior próximo a la rabadilla, se pueden ver las olivas y el ramillete. La zona que ocupa la letra A, de ambas fotos, correspondería al ramillete cuyas plumas no están simétricamente colocadas con relación a la mediana de su dorso, sino que forman un pequeño revoltillo o revoltijo que, en algunos casos, origina en los rizados un desorden en las plumas de su lado derecho. En cambio, las plumas que forman las olivas, en un espacio comprendido entre el ramillete y la rabadilla, mantienen una perfecta simetría respecto a la mediana del dorso, según observamos en la zona señalada por la letra B de ambas fotografías, distinguiéndose así del ramillete.

 

La figura cinco, compuesta por dos fotos, muestra de manera clara las tres zonas o pterilos que conforman las plumas de la espalda: “manto, ramillete y olivas”.

 

Fig. 5  Plumas del dorso: Manto, Ramillete y Olivas. En los Rizados que aparecen de perfil en esta figura, conseguimos contemplar, indistintamente,  los tres atributos fundamentales del pterilo dorsal: manto, ramillete superior y lateral, y olivas.  La primera foto corresponde al lateral derecho del manto y ramillete de un AGI.  Fue seleccionado y preparado con la única finalidad de ver, de manera clara y evidente, la correlación entre el manto, el ramillete y su medida sobre la superficie alar. En ella, podemos distinguir el manto; pero, con mucho más detalle el ramillete latera. Éste  proporciona una amplia y valiosa Roseta, que junto con el manto ocupan, tres cuartas partes de la superficie del ala, tal como muestra el AGI de esta foto. En la segunda foto, correspondiente a un parisino, distinguimos las voluminosas plumas del manto y ramillete superior y lateral, que cubren dos tercios del ala del ala, originando una amplia espalda. El manto ocuparía  la zona más alta del dorso próxima a la cabeza. A continuación del manto y situado sobre las alas, se encuentra  el ramillete superior y, aplastadas por las alas, las plumas del ramillete lateral cuyas puntas sobresalen por debajo de ellas, como podemos ver en la foto. También podemos observar una fracción de plumas de las olivas.

Fig. 5 Plumas del dorso: Manto, Ramillete y Olivas.
En los Rizados que aparecen de perfil en esta figura, conseguimos contemplar, indistintamente, los tres atributos fundamentales del pterilo dorsal: manto, ramillete superior y lateral, y olivas.
La primera foto corresponde al lateral derecho del manto y ramillete de un AGI. Fue seleccionado y preparado con la única finalidad de ver, de manera clara y evidente, la correlación entre el manto, el ramillete y su medida sobre la superficie alar. En ella, podemos distinguir el manto; pero, con mucho más detalle el ramillete latera. Éste proporciona una amplia y valiosa Roseta, que junto con el manto ocupan, tres cuartas partes de la superficie del ala, tal como muestra el AGI de esta foto.
En la segunda foto, correspondiente a un parisino, distinguimos las voluminosas plumas del manto y ramillete superior y lateral, que cubren dos tercios del ala del ala, originando una amplia espalda. El manto ocuparía la zona más alta del dorso próxima a la cabeza. A continuación del manto y situado sobre las alas, se encuentra el ramillete superior y, aplastadas por las alas, las plumas del ramillete lateral cuyas puntas sobresalen por debajo de ellas, como podemos ver en la foto. También podemos observar una fracción de plumas de las olivas.

 

ESPALDA  ( Manto y Ramillete) de un RIZADO DE PARÍS (Parisinos).

El Manto en el Rizado de París según el CNJ/FOCDE, debe ser  ”ancho, con abundantes plumas rizadas, simétricas, que partiendo de la línea dorsal caen a ambos lados separados por una línea dorsal, formando un MANTO voluminoso, cubriendo las 2/3 [sic] partes de la longitud de las alas” (fig.6). Conforme al CNJ/FOCDE, el Ramillete se define como plumas rizadas implantadas en la parte baja del MANTO entre las alas, orientado a derecha e izquierda (fíg.7).  Conviene señalar que en los concursos, un parisino cuya espalda (manto y ramillete) es larga y cae sobre hombros y dorso será siempre muy valorado.

Manto y ramillete

Manto y ramillete

 

Manto y ramillete. Figura de la derecha

Manto y ramillete. Figura de la derecha

 

Fig. 6-7:  Manto y ramillete. Esta imagen la componen cuatro fotografías de un Parisino desde ángulos distintos. Las dos fotos situadas a la izquierda muestran las plumas del manto; y, las fotos emplazadas a derecha, muestran  el manto y las plumas colocadas en su base que dan forma al ramillete.  Sus plumas, como podemos apreciar en las distintas fotos de esta imagen, son largas y abundantes y se aproximan a los hombros formando un manto voluminoso, que junto con el ramillete dan amplitud y anchura a los parisinos de la imagen, cualidad que aparece en los orígenes de la raza.  No debemos olvidar que, entre sus antepasados, se encuentra “el Trompetero del Rey”, cuya principal belleza residía en el plumaje de los hombros que recordaba el uniforme de los oficiales de la época. Un manto largo y que caiga sobre hombros y espalda como muestran los parisinos de las fotos, es considerado de buena calidad, y será siempre muy valorado. En cuanto al ramillete, los Rizados de las fotos de la derecha presentan una distribución de forma uniforme y simétrica de plumas largas y sedosas que caen a ambos lados, sin mostrar signos de revoltillo muy propio de los ramilletes con defectos. Esta distribución uniforme contribuye a la formación de una amplia espalda, convirtiéndola en un factor esencial en cuanto a calidad.

Fig. 6-7: Manto y ramillete.
Esta imagen la componen cuatro fotografías de un Parisino desde ángulos distintos. Las dos fotos situadas a la izquierda muestran las plumas del manto; y, las fotos emplazadas a derecha, muestran el manto y las plumas colocadas en su base que dan forma al ramillete.
Sus plumas, como podemos apreciar en las distintas fotos de esta imagen, son largas y abundantes y se aproximan a los hombros formando un manto voluminoso, que junto con el ramillete dan amplitud y anchura a los parisinos de la imagen, cualidad que aparece en los orígenes de la raza. No debemos olvidar que, entre sus antepasados, se encuentra “el Trompetero del Rey”, cuya principal belleza residía en el plumaje de los hombros que recordaba el uniforme de los oficiales de la época. Un manto largo y que caiga sobre hombros y espalda como muestran los parisinos de las fotos, es considerado de buena calidad, y será siempre muy valorado.
En cuanto al ramillete, los Rizados de las fotos de la derecha presentan una distribución de forma uniforme y simétrica de plumas largas y sedosas que caen a ambos lados, sin mostrar signos de revoltillo muy propio de los ramilletes con defectos. Esta distribución uniforme contribuye a la formación de una amplia espalda, convirtiéndola en un factor esencial en cuanto a calidad.

 

Por consiguiente, esta característica del estándar, “manto, espalda [sic] y ramillete” correspondiente al pterilo dorsal de un Rizado de París, debe estar formada por un manto de abundantes plumas rizadas, largas y anchas situadas sobre hombros y dorso, a la vez que, simétricas y regulares sobre ambas  alas.  Asimismo, debe poseer una eflorescencia de plumas en la base del manto, que se conoce como ramillete, la cual desciende hacia los riñones para encontrarse con las olivas. La medida del manto y ramillete  corresponde a 2/3 de la longitud del ala para ajustarse de manera correcta al estándar de la raza, tal como señala la fotografía y el esquema de la figura 8. Se le asigna una calificación de 15 puntos.

Fig. 8:  Manto y ramillete. Esta imagen exhibe dos Rizados de París, y la adaptación de un esquema elaborado por el Prof. De Baseggio, mostrando cómo deben estar colocadas las plumas del manto y ramillete en la espalda o dorso de un Parisino.  La primera foto, muestra el amplio manto y ramillete de su voluminosa espalda a partir de la cual podemos establecer una perfecta relación con el esquema que presentamos en esta imagen en cuanto a su ubicación y la extensión  La segunda foto presenta una espalda ajustada al estándar y con grado de excelencia. Podemos observar que su mediana recorre unidireccionalmente el dorso del parisino de cabeza a cola. Sus largas y voluminosas plumas caen de manera regular sobre las alas. El ramillete no presenta ningún signo de revoltillo como se puede apreciar en la parte inferior del manto. Las plumas de la región de espalda están situadas, desde una representación cartográfico, en un mismo plano esférico, o línea circular si utilizamos la mediana como referencia.

Fig. 8: Manto y ramillete.
Esta imagen exhibe dos Rizados de París, y la adaptación de un esquema elaborado por el Prof. De Baseggio, mostrando cómo deben estar colocadas las plumas del manto y ramillete en la espalda o dorso de un Parisino.
La primera foto, muestra el amplio manto y ramillete de su voluminosa espalda a partir de la cual podemos establecer una perfecta relación con el esquema que presentamos en esta imagen en cuanto a su ubicación y la extensión
La segunda foto presenta una espalda ajustada al estándar y con grado de excelencia. Podemos observar que su mediana recorre unidireccionalmente el dorso del parisino de cabeza a cola. Sus largas y voluminosas plumas caen de manera regular sobre las alas. El ramillete no presenta ningún signo de revoltillo como se puede apreciar en la parte inferior del manto. Las plumas de la región de espalda están situadas, desde una representación cartográfico, en un mismo plano esférico, o línea circular si utilizamos la mediana como referencia.

 

 ESPALDA  ( Manto y Ramillete)  de un RIZADO GIGANTE ITALIANO (AGI).

El CNJ/FOCDE define esta característica del estándar de la siguiente manera: “espalda formada por plumas anchas, muy vaporosas con rizado armónico, distribuidas en forma de “ROSA”, que arrancan desde la zona central del dorso formando una corona con plumas que caen hacia adelante y hacia ambos lados, encima de las alas forman una V. El ramillete del dorso y de ambos lados completan el manto y deben ser muy vaporosas” (fig.9).

 

Fig. 9  Plumas de la espalda (manto y ramillete) en forma de ROSETA. Estas dos fotografías corresponden a dos espaldas con sus plumas en forma de ROSA, característica fundamental y distintiva del Rizado Gigante Italiano (AGI). Su  vista aérea  nos muestra una visión global  de la forma y disposición de sus plumas.  Las plumas de sus mantos  son largas, anchas, uniformes y muy suaves extendiéndose desde el centro como pétalos de una flor, dando a su conjunto un armonioso rizo,  una correspondencia entre las partes que lo conforman.  También podemos observar, en ambas fotos, como en su parte inferior, posterior al manto, se origina el ramillete, una eflorescencia de plumas largas y gruesas colocadas sobre las alas para darle más solidez al manto; serían las plumas que corresponden al ramillete superior. Las restantes plumas del ramillete se encuentran debajo de las alas para sobresalir por la parte inferior de las mismas, atributo que no se puede apreciar si no ampliamos la foto del pio-amarillo, debido a la posición en que fue tomada.  El manto y ramillete de la primera foto  se aproxima más a una Rosa completa, que a la Rosa que define el estándar; su manipulación para la toma de la foto originó que una ínfima porción de plumas del ramillete superior quedara bajo el ala derecha y perdiéramos el privilegio de ver una "Rosa completa" con  pétalos de plumas rizadas.  En cambio,  la espalda del rizado pio-amarillo de la segunda foto corresponde a un Roseta con "V" invertida, como podemos apreciar por su colocación de las plumas sobre las alas y que de manera más clara la vemos en el mismo pájaro en la figura 10.

Fig. 9 Plumas de la espalda (manto y ramillete) en forma de ROSETA.
Estas dos fotografías corresponden a dos espaldas con sus plumas en forma de ROSA, característica fundamental y distintiva del Rizado Gigante Italiano (AGI). Su vista aérea nos muestra una visión global de la forma y disposición de sus plumas.
Las plumas de sus mantos son largas, anchas, uniformes y muy suaves extendiéndose desde el centro como pétalos de una flor, dando a su conjunto un armonioso rizo, una correspondencia entre las partes que lo conforman.
También podemos observar, en ambas fotos, como en su parte inferior, posterior al manto, se origina el ramillete, una eflorescencia de plumas largas y gruesas colocadas sobre las alas para darle más solidez al manto; serían las plumas que corresponden al ramillete superior. Las restantes plumas del ramillete se encuentran debajo de las alas para sobresalir por la parte inferior de las mismas, atributo que no se puede apreciar si no ampliamos la foto del pio-amarillo, debido a la posición en que fue tomada.
El manto y ramillete de la primera foto se aproxima más a una Rosa completa, que a la Rosa que define el estándar; su manipulación para la toma de la foto originó que una ínfima porción de plumas del ramillete superior quedara bajo el ala derecha y perdiéramos el privilegio de ver una “Rosa completa” con pétalos de plumas rizadas.
En cambio, la espalda del rizado pio-amarillo de la segunda foto corresponde a un Roseta con “V” invertida, como podemos apreciar por su colocación de las plumas sobre las alas y que de manera más clara la vemos en el mismo pájaro en la figura 10.

 

Según lo expuesto, la Rosa más valiosa es la que incluye tres cuartas partes del manto [sic], y es  interrumpida, en la parte trasera, por una V invertida (fig.10); sin embargo, algunos autores consideran la “Rosa completa”, sin la “V” invertida, de gran valía.

Fig. 10  Plumas de la espalda: manto y ramillete.

Fig. 10 Plumas de la espalda: manto y ramillete.

 

 

DIFERENCIAS visual entre ESPALDA de un PARISINO y un AGI.

Como una imagen vale más que mil palabras, queremos mostrar en la figura 11,  las imágenes de las espaldas de dos rizados, y a través de su observación podamos visualizar y construir como sería la espalda de un AGI y la de un Parisino, y que en un futuro no presenten error en cuanto a su selección como atributo reproductor.

Fig. 11   Manto de un AGI y de un PARISINO La imagen de la izquierda nos muestra el manto y ramillete de un AGI en forma de ROSA sobre el dorso . Sus plumas, muy extendidas, se dirigen  hacia la cabeza y hacia ambos lados a partir de una zona central de la espalda formando una corona, la cual toma en su  parte inferior la forma de una "V". Por otro lado, en la imagen del Parisino de la derecha, se puede apreciar y diferenciar la mediana o línea dorsal que divide las plumas de la espalda (manto y ramillete) en dos partes iguales que caen a ambos lados de las alas.

Fig. 11 Manto de un AGI y de un PARISINO
La imagen de la izquierda nos muestra el manto y ramillete de un AGI en forma de ROSA sobre el dorso . Sus plumas, muy extendidas, se dirigen hacia la cabeza y hacia ambos lados a partir de una zona central de la espalda formando una corona, la cual toma en su parte inferior la forma de una “V”.
Por otro lado, en la imagen del Parisino de la derecha, se puede apreciar y diferenciar la mediana o línea dorsal que divide las plumas de la espalda (manto y ramillete) en dos partes iguales que caen a ambos lados de las alas.

 

 

 Defectos más usuales en la espalda de un PARISINO y un AGI.

En el Rizado de París, según CNJ/FOCDE, un manto es defectuoso cuando es escaso y presenta poco volumen; cuando no es simétrico con relación a la mediana de su espalda y no ocupa 2/3 parte de las alas; cuando su línea dorsal, la mediana, es inexistente o poco definida; cuando posee un ramillete escaso o inexistente (fig. 12-13).

En cambio, en el AGI, un manto con tendencia a una mediana de separación es un defecto a tener en cuenta; así como cuando es asimétrico (los laterales de la roseta cubren una zona más que otra); cuando la roseta cubre las puntas de las alas y no forma  una “V”, y si posee un ramillete escaso, inexistente o no simétrico.

El CJ/FOI, considera que un AGI con un manto de Rizado de París recibirá una penalización de dos puntos. Sin embargo, para algunos autores, la “rosa completa” esto es, sin la “V”, resulta de gran valor.

A partir de lo formulado anteriormente, la pregunta que me hago o hago es la siguiente: ¿un parisino con jabot similar, semejante y no igual al de un AGI, también recibiría una penalización de dos puntos y no la cruel descalificación o una baja puntuación, acompañado con la observación por parte del juez: “jabot de AGI“?.

Parece y resulta muy duro realzar “Parisino con jabot de AGI” y, en cambio,  pasar de largo sobre el manto de los AGIs, con una simple penalización de dos puntos. Cuando, las plumas de la espalda (manto y ramillete) que caen a ambos lados de su mediana es patrimonio o característica propia, según el estándar del Parisino.

Fig. 12  Defectos más usuales en manto y ramillete En esta fotografía se manifiesta  un dorso de muy baja calidad. En su espalda no se distinguen de manera clara la mediana que divide al manto y ramillete en dos partes iguales.  Asimismo, manifiesta una espalda con poco volumen, consecuencia de un escaso manto y un ramillete inexistente. Como se evidencia en la foto, el manto y ramillete de este Parisino no cubre, las dos terceras partes del ala; y,  lo poco que aparece como ramillete, son unas plumas, con apariencia de plumón, en su lado derecho.

Fig. 12 Defectos más usuales en manto y ramillete
En esta fotografía se manifiesta un dorso de muy baja calidad. En su espalda no se distinguen de manera clara la mediana que divide al manto y ramillete en dos partes iguales. Asimismo, manifiesta una espalda con poco volumen, consecuencia de un escaso manto y un ramillete inexistente.
Como se evidencia en la foto, el manto y ramillete de este Parisino no cubre, las dos terceras partes del ala; y, lo poco que aparece como ramillete, son unas plumas, con apariencia de plumón, en su lado derecho.

 

Fig. 13 .: Defectos más usuales en manto y ramillete En esta otra  imagen, presentamos el esquema y la fotografía de un manto y un ramillete cuyas plumas presentan un revoltillo, plumas  girando en dirección contraria al manto y hacia arriba, de forma unilateral; peculiaridad que se da en bastantes parisinos.  Este comportamiento de las plumas del ramillete, en un principio, se tomó como un elemento propio  en los parisinos por su gran volumen, característica fundamental de esta raza. Sin embargo, su anormal distribución sobre el dorso y las alas,  contribuyó a reconsiderar que el parisino debe poseer un  ramillete de forma simétrica y uniforme en dirección hacia los riñones, y caer  a cada lado del dorso, sobre y bajo las alas.

Fig. 13 .: Defectos más usuales en manto y ramillete
En esta otra imagen, presentamos el esquema y la fotografía de un manto y un ramillete cuyas plumas presentan un revoltillo, plumas girando en dirección contraria al manto y hacia arriba, de forma unilateral; peculiaridad que se da en bastantes parisinos. Este comportamiento de las plumas del ramillete, en un principio, se tomó como un elemento propio en los parisinos por su gran volumen, característica fundamental de esta raza. Sin embargo, su anormal distribución sobre el dorso y las alas, contribuyó a reconsiderar que el parisino debe poseer un ramillete de forma simétrica y uniforme en dirección hacia los riñones, y caer a cada lado del dorso, sobre y bajo las alas.

 

 

 

EL RIZADO DE PARÍS: París y Gigante Italiano. Cualidades distintivas.

28 enero, 2016 Posted by hnosgarciaramos

               El presente trabajo, como su nombre indica, tiene como finalidad aportar elementos y criterios unificadores, visuales y descriptivos, sobre las cualidades o particularidades distintivas de las diversas características que se presentan en los Rizados de París (Parisinos) y los Rizados Gigantes Italianos (AGI), para contribuir de la manera más eficaz a conseguir una mejora en la comprensión de los conceptos del estándar de ambas razas.

             Es de dominio público que las palabras son abstractas y difíciles de retener en la memoria;  en su lugar, las imágenes ayudan siempre a percibir y memorizar cualquier tipo de información porque son concretas, es decir, se reducen a lo esencial. Dicho de otro modo, las imágenes son más sencillas de retener que las palabras y permanecen en la memoria por más tiempo, tal y como refleja el axioma: “una imagen vale más que mil palabras”. En consecuencia, resulta evidente que utilizar diferentes fotografías mostrando imágenes de las características de ambas razas en distintas posiciones, ofrece a criadores y jueces un apoyo visual para la comprensión de las breves definiciones que presenta el estándar, estableciendo relaciones fáciles de memorización, para avanzar en su conocimiento.

             Como mantuvimos en el artículo “Descripción General del “RIZADO DE PARIS”, publicado en esta revista, las fotos presentan, generalmente, bastantes dificultades para realizar juicios de valor sobre la calidad de un pájaro, especialmente si estos son rizados de postura pesada, porque inciden diversos factores que pueden mejorar o empeorar la imagen real del rizado, engañando a nuestros sentidos. Ejemplos muchos, pero especial atención merecen los siguientes: la manipulación del rizado, que altera la posición de su plumaje;  la pericia del fotógrafo, su cámara  y su caja fotográfica; y el simple hecho de conseguir en la fotografía lo que el rizado no posee, o a la inversa, no mostrar lo que puede dar de sí.

             Por consiguiente, las fotografías son sólo eso, “fotos”. Por lo que, las frecuentes visitas a exposiciones y aviarios de alto nivel competitivo y reproductivo se convierten en el recurso más valioso para observar, analizar y emitir posteriores juicios de valor que permitan tomar decisiones acertadas sobre las características que conforman un rizado con relación a su estándar. Por tanto, la observación y el estudio directo de una cantidad elevada de rizados son las claves para almacenar en nuestro cerebro la imagen ideal del estándar, aún siendo víctimas de nuestras ilusiones ópticas y paradojas.

             Como guía para su desarrollo, utilizaremos un conjunto de fotos de rizados y el estándar sintético de ambas razas elaborado por CNJ/OMJ, tal como se muestra en el esquema de orientación (fig.1). Deseamos que las imágenes de nuestro trabajo, siempre mejorables, resulten ser herramientas necesarias, “como ayuda”, para el aprendizaje de las peculiaridades de ambas razas.

            Comenzamos por  la cabeza (pterilo craneal), para continuar en posteriores artículos con las otras características del estándar. Mostraremos, a través de fotografías, los atributos propios de cada una de las razas, incidiendo de manera puntual y resumida en sus diferencias y similitudes.

             Como ya comentamos en un anterior trabajo publicado en esta misma revista, sobre la cabeza del Rizado de París, hemos reducido el número de sus fotos y sintetizado su contenido; a cambio, aportamos un mayor desarrollo descriptivo y fotográfico de la cabeza del AGI.

CABEZA  de un Rizado de París (Parisinos) y de un Rizado Gigante Italiano (AGIs).

 

 El pterilo craneal.

             El pterilo craneal (fig.2) está configurado por diversos tractos o regiones que contribuyen a la formación de los diversos plumajes que surgen en la cabeza de los rizados, modelando dos extraordinarias creaciones de ingeniería genética en Canaricultura: la  antigua, con la cabeza del Rizado de París (fig.3) y la moderna, con la cabeza del Rizado Gigante Italiano (fig.4).

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            En los Rizados de París (fig.5), el pterilo craneal aporta las plumas que forman el gorro, casco, patillas y barbilla; así como, las plumas inferiores de la cabeza a la altura de la nuca que intervienen en la formación del collar. Su CABEZA debe ser voluminosa y ovalada, con un pico proporcionado y fuerte, colocada sobre los hombros en el interior de un collar, es decir, una corona de plumas que rodea toda su base formando un canal o surco.

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          En el Rizado Gigante Italiano (fig.6), las plumas del pterilo craneal originan una CABEZA grande y voluminosa con forma de esfera, con un pico cónico de amplia base. Consta de un cuello que rodea toda su base, formando en su parte trasera y lateral, el babero realzado, del que se deriva la capucha total o parcial, en su parte delantera se funde con el collar que el estándar menciona como cuello, las patillas y la barbilla (garganta).

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            La capucha completa o total (fig.7) es la máxima expresión referente a cabezas, creada por la canaricultura moderna. La forman un conjunto de plumas abundantes, que surgen de diferentes tractos o zonas:

  1. de la parte superior del almendruco (pterilo dorsal) correspondientes a la sección superior de la roseta del manto,
  2. del primer tramo o tracto del pterilo dorsal que se encuentra antes del pterilo craneal,
  3. las correspondientes a la parte trasera y lateral  de la cabeza, pertenecientes al pterilo craneal inferior a la altura de la nuca para dar lugar al babero realzado (fig.8), que giran y se fusionan con las plumas,
  4. del pterilo craneal superior (frente y corona) para llegar a la altura de la mandíbula superior del pico, cubriendo en algunos casos los ojos y asemejándose a la capucha de un monje.

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           Tomando como base el concepto de que la cabeza debe ser redonda, grande y voluminosa, la CAPUCHA  puede variar de unos rizados a otros, dando lugar a diferentes tipos: capucha completa con grado de excelencia,  3/4 de capucha, 1/2 capucha y 1/4 de capucha, consideradas como muy buenas, buenas y óptimas (fig.9).  Sin embargo, existen otras variantes con diferente calidad: cabeza con gorro alargado, cabeza con una corona de gorro, y cabeza con un gorro fragmentado (doble mechón) de plumas largas y abundantes que caen a ambos lados de la cabeza, todas ellas con babero realzado.

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          Mención especial merecen la cabeza con “doble mechón” de plumas largas y abundantes que caen a ambos lados y el “babero realzado” con forma de una esfera voluminosa (fig.10), la cual debe estar en perfecta armonía con las otras características de la raza para cumplir un grado óptimo en cuanto a calidad. Esta cabeza aparece en bastantes aviarios y concursos y en no pocos casos, es el preludio de una capucha completa o total al término de la primera muda de los gigantes, es decir, pichones del año. En Italia se conoce como “Doppia Cuffia con Bavero Rialzato”.

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DIFERENCIAS visuales entre las plumas de la CABEZA de un Parisino y de un Gigante Italiano.

            El Prof. G. DE BASEGGIO 1996, pág 54, señala que el estándar moderno define el GORRO como: “plumas que se doblan a un solo lado de la cabeza” recordando que la sección y la forma de la cabeza del parisino es oval;  mientras que la sección y la forma de la cabeza del AGI son, respectivamente, un círculo y una esfera. Para concluir, en los AGI la cabeza es muy grande, tanto más valiosa si asume una  perfecta redondez (Fig.11).

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          En relación a lo expuesto por el Prof. G. de BASEGGIO sobre el estándar moderno que dice: “el gorro lo forman plumas que se doblan a un solo lado de la cabeza”, no hemos encontrado, en los materiales consultados, ninguna referencia ni anotación sobre lo que se entiende por “estándar moderno”. Sin embargo, el estándar CNJ/FOCDE y OMJ/COM, dice: “el gorro está formado por plumas que naciendo en un lado de la cabeza se dirigen hacia el otro” o “naciendo en el centro se dirigen a ambos”; así como, la cabeza debe ser “voluminosa” e insertada en los hombros por una corona de plumas. Definición que nos lleva a deducir que lo ovalado no implica cabeza pequeña por tener plumas dobladas hacia un solo lado, o pensar que lo ovalado (huevo) supone, por si mismo, menos volumen que lo circular (esfera).

            En otro artículo publicado en esta misma revista y titulado: Las plumas secundarias de cabeza y cuello, comentamos  que  tanto el “Gorro” como el “Casco” presentan de manera habitual variaciones fenotípicas que en algún aspecto se asemejan al gigante, sobresaliendo la  cabeza con doble mechón (fig.12), también citada como cabeza con gorro doble o fragmentado que dice: “plumas que nacen en la mediana de la cabeza y caen o se dirigen a ambos lados”; lo que, a nuestro entender, puede producir cierta confusión a jueces y aficionados porque aparece en ambas razas con pequeños matices diferenciadores.

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          Posiblemente, la intención del Dr. Baseggio (1996)  al definir el gorro como plumas que se doblan a un sólo lado de la cabeza y el casco como un yelmo, era evitar el posible error que se podría producir en cuanto a la selección y enjuiciamiento de ambas razas. Sin embargo, el doble mechón en la cabeza del parisino no es tan novedoso como se supone porque lo único que se puede considerar innovador son sus largas y abundantes plumas, que aportan cierta variabilidad a las plumas de la cabeza tal y como se aprecia en la figura 13, sin presentar un plagio fenotípico de las plumas de la cabeza del gigante.

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          Si visionamos la imagen de la cabeza del parisino y la del gigante que mostramos en la figura 14, observaremos la gran diferencia entre la cabeza de un parisino y la de un AGI: al parisino le acompaña un casco formado por plumas, que surgen del interior del collar con dirección hacia la parte superior de la cabeza formando un cono, para fusionarse con las plumas del gorro que caen ambos lados. En cambio, el gigante italiano muestra un cuello formando  por largas y abundantes plumas que se orientan hacia la parte superior configurando, en la parte trasera y lateral, el babero realzado del que deriva su hermosa capucha. En su parte delantera   vemos el collar/cuello que origina el canal. En consecuencia, la cabeza en el interior o no de un collar de plumas es el distintivo diferenciador de ambas razas. El collar es característica inherente del Rizado de París, el babero realzado es característica propia del AGI y el capucho completo su grado de excelencia (fig.15).

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          En este contexto, como muestra más significativa para destacar que la cabeza de un parisino no se asemeja en nada a la de un gigante, nada mejor que lo plasmado en la imagen de la cabeza de un parisino en posición frontal y dorsal (fig.16) y la correspondiente al esquema de las plumas de la cabeza y dorso de un gigante, que nos presenta el juez y Prof. ZINGONI (1997) en su libro “Canaricoltura” (fig.17). En el esquema podemos ver y apreciar la dirección y sentido de las distintas plumas que forman el capucho, esquema que, por otro lado, resulta de una extraordinaria sencillez de diseño y fácil de interpretar por los aficionados.

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          Podemos concluir, como criadores de ambas razas,  que viendo las imágenes que se presentan en el trabajo y la realización de frecuentes visitas a concursos/exposiciones y aviarios de alto nivel, en la práctica resulta imposible confundir la cabeza del parisino con la del gigante. No tenemos duda que la cabeza del gigante italiano es una “esfera grande y voluminosa de largas y abundantes plumas, con babero realzado” y la del  Parisino un “voluminoso óvalo de plumas en el interior de un collar”; entendiendo el concepto “volumen” como una relación de proporción y correspondencia con las otras características del estándar, es decir, dependiendo del Tipo de la raza.

 

 Notas

(1) Babero realzado, en italiano “bavero rialzato”, su traducción exacta sería “cuello levantado” o que se eleva. El vocablo “Babero” se define como prenda que se les pone a los niños, atada al cuello y que cae sobre el pecho, para evitar que se manchen (WordReference).

(2) En el libro de G. de BASEGGIO, así como en otros materiales utilizados para el estudio del Rizado de París, no encontramos referencias ni anotaciones sobre lo que entiende este autor sobre el estándar moderno.

(3) La fig.11, es una adaptación personal del mostrado por Prof. DE BASEGGIO.

(4) Pterilos. Ver artículo sobre la pterylosis. Terminología: tracto, sección o tramo de un pterilo.

(5) Foto 7 de la fig. 5 y fotos 5 y 6 de la fig. 8 del Aviario Alenka (Madrid).

Fotos 1 y 2 de la fig,6 de la Web del Club del AGI.

Fotos 1 y 2 de la fig. 7 de Juan Antonio Álvarez (Madrid), rizado de nuestra propiedad.

Foto 2 de la fig. 14 tomada del video II Monográfico de Postura Rizada Pesada y cedida por su autor Miguel Ángel Palomo (Toledo) juez de postura; rizado de nuestra propiedad.

 

BIBLIOGRAFÍA

DE BASEGGIO G. Y LOMBARDINI F.: Canarini Arriciati,  Ed. Agricole. 1974

DE BASEGGIO G.: Canarini Arricciati Pesanti: Parigino, Padovano, Gigante Italiano.

Mondo degli Uccelli, 1996.

OMJ/COM.: Estándar de canarios de postura.

CNJ/FOCDE.: Estándar de canarios de postura.

FOI.: Criteri di giupizio di forma e posizione razze arricciati. 2006

PROCTOR N. S. & LYNCH P.J.: Manual of Ornithology. Yale University Press.  New Haven and London, 1993.

ZINGONI U.: Canaricoltura. Biología y cría del canario doméstico. Piacenza 1997

EL RIZADO DE PARÍS. Sus Uñas: Accidentes y Contratiempo.

12 abril, 2015 Posted by hnosgarciaramos

EL RIZADO DE PARÍS.  Sus Uñas

Accidentes y Contratiempo.

 

Fig. 1: El Rizado de París: sus uñas.

Fig. 1: El Rizado de París: sus uñas.

Los Rizados de París son vertebrados amniotas de sangre caliente, caracterizados por tener el cuerpo cubierto de plumas rizadas, un pico como boca, las extremidades anteriores modificadas como alas para el vuelo, es decir, para saltar entre los travesaños de la jaula, y  las extremidades posteriores o inferiores adaptadas al  tipo de la raza, tal como menciona su estándar (fig.1). 

Lombardini (1974) divide las extremidades posteriores en patas, píes y dedos. Las patas deben ser corpulentas, musculosas y emplumadas (pantalones); los pies deben ser fuertes, grandes y moderadamente separados; y los dedos estarán articulados de manera que garanticen un control adecuado del saltadero o posadero además de estar “equipados con largas uñas normalmente trenzadas en sacacorchos” (fig. 2).

Fig. 2: Uñas delanteras del parisino.

Fig. 2: Uñas delanteras del parisino.

Fig.2: Uña dedo pulgar.

Fig.2: Uña dedo pulgar.

Para el CNJ/FOCD y OMJ/COM, las patas deben ser largas y fuertes, muslos cubiertos de largas plumas y dedos con gruesas uñas; la  uña del pulgar al menos torcida en forma de tirabuzón” (fig. 3),  admitiendo también uñas normales en los dedos delanteros (fig. 4).

Fig. 3. uña pulgar torcida

Fig. 3. uña pulgar torcida

Fig. 4. Uñas delanteras normales.

Fig. 4. Uñas delanteras normales.

Esta característica morfológica del estándar, las uñas, algo tan  insignificante en la mayoría de las razas de canarios, presenta, en los Rizados de París, un problema bastante descorazonador, generando cierto desaliento en los aficionados que crían la raza. Esto se debe a que, en la mayoría de los casos, deriva en una situación de difícil solución, como, por ejemplo, el  impedimento para participar en los concursos.

Este problema, rotura o pérdida de una o varias uñas, ocurre los días anteriores o posteriores al destete. A pesar de ello, este accidente se manifiesta también por diferentes motivos a lo largo de la vida del Parisino (fig.5-6), resultando, en algunos momentos, bastante preocupante para el criador. Su origen suele atribuirse a una carencia de calcio, a falta de algún nutriente o a una debilidad congénita de la raza debido a que esta anomalía sólo se produce en la postura pesada rizada, principalmente en el Parisino y AGI. Sin embargo, en el curso de los últimos años, hemos observado que, tanto la pérdida como la rotura, no mantienen una relación única y exclusiva con el principio aceptado como fuente del problema.

FIG. 3: Uña partida

FIG. 5: Uña partida 

Fig.5: Uña caída.

Fig.6: Uña caída.

Por ello vamos a exponer y desarrollar una serie de supuestos que conducen a un conocimiento, más claro y exhaustivo, acerca de la influencia que tienen diversos factores naturales y del entorno, para incidir de manera negativa sobre las uñas, causando su rotura o pérdida:

  • Uñas partidas o desprendidas, como resultado de su estructura.
  • Uñas partidas o desprendidas, como consecuencia de quedar enganchadas en las rejillas de las jaulas o en otros utensilios.
  • Pérdidas de uñas como consecuencia del contacto directo de dedos y uñas del Parisino con el papel de periódico, los excrementos y la arena absorbente que utilizamos en las bandejas.
  • Pérdida de uña o uñas, como fruto de una infección ocasionada por los excrementos adheridos a dedos y uñas en los nidales; dando lugar, en algunos casos, a que la perdida ocurra antes del destete, y en otros casos, se caigan al poco tiempo de separados.
  • Pérdidas de uñas durante el periodo de máxima humedad en el aviario, y
  • Pérdida de uña o uñas por la picadura de algún insecto.

Un análisis basado en el estudio de la característica “uñas” del apartado “patas, cola, ala” del estándar CNJ/OMJ y de las transformaciones experimentadas en el tiempo por la raza, presenta como resultado, en cuanto a su estructura, un Primer supuesto: que las uñas delanteras de los parisinos muestran, generalmente, tres diseños bien diferenciados dependiendo de su longitud, de su constitución (fuertes y gruesas) y de su configuración (forma), dicho de otro modo, de la “estructura” que van tomando desde la raíz.

El primer diseño (fig.7) corresponde a la uña ideal o clásica de los dedos delanteros. Uñas largas y curvadas, dobladas como un sacacorchos desde el primer año. Por su tamaño y forma, son difíciles de conseguir y fáciles de romper al contacto con las rejas y utensilios de las jaulas. Rotura causada, principalmente, por su carácter nervioso y asustadizo.

Fig. 7: Uña ideal o clásica de los dedos delanteros.

Fig. 7: Uña ideal o clásica de los dedos delanteros.

Las que pertenecen al parisino de la figura 8, segundo diseño, se asemejan tanto en longitud como en forma y en constitución, a las uñas de los canarios de las distintas variedades (canto, postura, color, etc.) que crían los aficionados. Generalmente, no sufren rotura sino pérdida, producida por falta de higiene, de prevención y de contaminación ambiental.

Fig.8: Uñas de canarios (postura lisa y rizada)

Fig.8: Uñas de canarios (postura lisa y rizada)

En cambio, las uñas del tercer diseño presentan cierta sinuosidad que hace posible la rotura o el desprendimiento de su funda, con el posterior sangrado (fig.9); rotura causada, principalmente, por la curvatura que presentan las uñas, las cuales, se enganchan fácilmente en las rejillas o utensilios de las jaulas. Este diseño, en la actualidad, es el más generalizado y típico de la raza, o lo que es lo mismo, el que más presencia tiene en aviarios y concursos. Su curvatura o sinuosidad continúa creciendo y desarrollándose de manera progresiva hasta tomar la forma o el aspecto de un tirabuzón o un sacacorchos, igualando a la uña ideal o clásica. Pueden ser consideradas como un subproducto de este tipo de uñas.

Fig. 9: Uñas con sinuosidad.

Fig. 9: Uñas con sinuosidad.

El Segundo supuesto que planteamos corresponde a uñas partidas o desprendidas, como producto de quedar enganchadas en las rejillas de las jaulas o en otros utensilios. Sucede, mayormente, cuando destetamos a los Parisinos, y los introducimos en amplios jaulones (de, aproximadamente, un metro). Su carácter, nervioso y asustadizo, ocasiona en el interior del jaulón un revuelo alocado con gran agitación, que trae, en bastantes casos, la rotura o el desprendimiento de alguna uña. Cuando la rotura ocurre a mitad de la uña, conocida como uña partida, el problema es menor y tiene fácil solución, la uña vuelve a crecer (fig.10), aunque, en su primer año, no alcanza el tamaño deseado. Su crecimiento es bastante lento, y depende del tiempo transcurrido desde la rotura, de la fecha del concurso y de su programa genético. A pesar de lo cual, no existe impedimento alguno para que el parisino no pueda concursar; “motivo de descalificación, uñas rotas excepto en PARISIEN,…....”.

Fig. 10: Uña partida, dedo pie derecho.

Fig. 10: Uña partida, dedo pie derecho.

En caso de que a la rotura de la uña le acompañe un desprendimiento con sangrado en la raíz, o sea, el Rizado de París ha perdido la funda de la uña que es la cutícula más dura y ha quedado la base que cubre la falange distal del dedo conservando la raíz, la uña tiene posibilidades de salir; pero no siempre reúne las condiciones adecuadas, así como tamaño y forma propios de la raza, características éstas esenciales para los concursos. Pero si, a pesar de ello, la uña se desarrolla de manera aceptable (fig.11, pie izquierdo), el parisino puede participar en cualquier concurso/exposición, como hemos mencionado anteriormente. En cambio, hay casos en los que incluso tomando la uña un tamaño bastante pasable para concursar, presenta un aspecto irregular y deformado (fig.11, pie derecho), que lleva a los jueces a penalizar este apartado del estándar en su característica uñas.

Fig. 11: Uñas con fisonomía aceptable y fisonomía irregular.

Fig. 11: Uñas partidas con fisonomía aceptable y fisonomía irregular.

En el supuesto caso de que no conservara la raíz sino que se desprendiera o arrancara posteriormente, se formaría en la punta del dedo o dedos un muñón que imposibilitaría concursar al Parisino (fig.12). Según el estándar, “motivo de no enjuiciamiento: pájaros falta de dedos o uñas”.

Fig. 12: Parisino con falta de uña.

Fig. 12: Parisino con falta de uña.

La solución adoptada para prevenir y evitar el revoloteo asustadizo, tanto de uno como de varios parisinos, ha sido suprimir su paso por el jaulón, colocándolos directamente en jaulas individuales de muda. Con este cambio, hemos observado que, tanto la rotura como el  desprendimiento de uña o uñas son nulas, aun teniendo las jaulas como base una rejilla metálica (fig.13). Asimismo, procuramos que los parisinos bajen lo menos posible al piso de las jaulas, para evitar el contacto con la rejilla y los excrementos. Para ello, la mezcla, la pasta, la lechuga y el agua están en alto, al mismo nivel que los saltaderos o pasaderos.

Fig.13: Jaulas con su rejilla.

Fig.13: Jaulas con su rejilla.

En relación al Tercer supuesto, siempre culpabilizamos la caída o desprendimiento de uña o uñas a las rejillas del piso por lo que decidimos quitarlas de las jaulas de metro y de muda. En su lugar, colocamos papel de periódico y arena en las bandejas (fig.14); el resultado fue catastrófico. Cuando fuimos a trasladar, en distintos momentos, a los Parisinos, del jaulón a las jaulas de muda, así como a inspeccionar los rizados ya colocados en sus jaulas individuales, siempre aparecían uno o dos parisinos sin uñas en algún dedo, mostrando un muñón duro, seco y áspero (fig.15). Dudando de que la pérdida de uñas fuera producto de lo anteriormente expuesto, decidimos, años después, retornar al periódico y la arena; los resultados volvieron a ser desalentadores. Esto nos llevó a pensar que la caída o desprendimiento de las uñas se debe única y exclusivamente a infecciones adquiridas al contacto de los dedos y uñas con la arena, el papel y los excrementos.

Fig.14: Bandeja con papel y arena.

Fig.14: Bandeja con papel y arena.

Fig.15: Dedos con falta de uñas.

Fig.15: Dedos con falta de uñas.

Concluimos que, para solucionar el problema sugerido en este supuesto, era mejor emplazar de nuevo las rejillas en jaulas y jaulones para evitar, de este modo, un contacto prolongado de dedos y uñas con los agentes contaminantes que puedan generar los excrementos, la arena y el papel y que tan nocivos son para esta característica del estándar

El Cuarto supuesto que planteamos es consecuencia de una higiene deficitaria, tanto en las jaulas de cría como en sus nidales. La abundancia de excrementos, caldo de cultivo de hongos, bacterias y ácaros, en los nidos y piso de las jaulas, resultan ser un factor de alto riesgo que debemos tener muy en cuenta porque se adhieren a dedos y uñas de los pichones, aumentando las posibilidades de un pichón parisino de contraer una “infección” con la correspondiente caída o desprendimiento de la uña así como otros problemas de salud. Esta caída tiene lugar, indistintamente, antes o después del destete; dependiendo, posiblemente, del  desarrollo clínico de la infección. Para evitar este problema, en los últimos años, cambiamos o limpiamos de manera asidua los nidales sucios y posiblemente contaminados; pero solo, hasta el momento en el que los pichones asustados puedan echarse fuera del nido. Su abandono prematuro los llevaría a un retardo en su desarrollo y crecimiento, como resultado del desamparo que sufren al alejarse de su medio más calórico y natural, el nido con sus padres; para pasar a convivir en un medio más hostil, la rejilla de la jaula.

Una vez que los pichones de Parisinos saltan del nido y están a punto de ser separados de sus padres, inspeccionamos sus dedos y uñas; a continuación, los lavamos y limpiamos con un antiséptico cuyo principio activo es el yodo, con resultado bastante satisfactorio. Tarea que realizamos un par de veces antes de comenzar la muda.

A menudo, en el momento mismo del destete, durante el proceso de lavado y limpieza de dedos y uñas, tiene lugar la perdida de alguna de ellas. Incidente que, aunque no generalizado, pone de manifiesto la necesidad fundamental de limpiar nidales además de dedos y uñas al poco de saltar del nido y durante los días previos al abandono de sus jaulas de cría.

En nuestro aviario, a finales de diciembre y durante los meses de enero y febrero, la humedad llega, durante el día, a valores que oscilan entre el 88 y 92%. Por lo que, a partir de diversas observaciones realizadas, hemos considerado a la “humedad” como el Quinto supuesto que contribuye a la caída de una o varias uñas impidiendo así la participación de algunos ejemplares de calidad en el Mundial.

Este supuesto, más que caída o desprendimiento, vamos a desarrollarlo como extirpación o amputación de la uña por parte del mismo parisino. Durante el periodo de máxima humedad, como resultado de la suciedad que puedan contener de manera residual palos y rejilla, proliferan libremente algunos gérmenes (hongos) por las jaulas, ocasionando en bastantes casos alguna infección localizada en dedos y uñas. Infección, que por otra parte, se presenta de forma encubierta y sólo la percibimos cuando se encuentra en un estadio bastante avanzado a través del picoteo que realiza el Rizado sobre la anilla o dedo; mostrándose de manera más insistente cuando lo sacamos del aviario.

Fig.16: Dedo pulgar con uñero.

Fig.16: Dedo pulgar con uñero.

Una vez que el Rizado se encuentra en contacto con el sol, parece que se acelera este malestar en el naciente de la uña, de tal manera que comienza a picotearse agresivamente. Este trance o suceso conduce inevitablemente al desprendimiento de la uña desde su raíz, con el correspondiente sangrado y posterior formación de un muñón.

Sin embargo, en la figura 16 se muestra un crecimiento anormal de la uña trasera en forma de uñero, aun después de haber concluido, a través de nuestras observaciones visuales, que el parisino había perdido su raíz. Esto nos hizo pensar que conservó algo de raíz y que fuimos engañados por nuestros ojos; circunstancia que nos llevará a realizar futuras observaciones con aparatos adecuados y propios para tales fines. En la figura 17 podemos visionar como la uña del dedo pulgar presenta un aspecto irregular y deforme, que nada tiene que ver con la estructura de las uñas pulgares de las figuras 2-3, aunque tenga una longitud aceptable.

Una de las soluciones que tomaremos en consideración, para evitar el desarrollo de microorganismos por la humedad en estos meses del año, es la utilización de un deshumificador. Pensamos que no sólo evitaríamos la proliferación de hongos y bacterias, sino también otro suceso importante: el viso de suciedad que se presenta en plumas amarillas y blancas. Este viso impide a muchos parisinos concursar en el Mundial por su baja calidad en cuanto a pluma, presentándose ésta, sucia y descuidada.

El Sexto supuesto, no menos importante, es cuando sobre el dedo próximo al nacimiento de la uña aparece un pequeño grano o vesícula de color rojizo, que bien puede ser una viruela cutánea (benigna) o una picadura de mosquito u otro insecto. En sí, la lesión no es importante pero se agrava cuando genera infecciones secundarias de bacterias y hongos provocando que el Parisino picotee la lesión, lo que ocasiona en la mayoría de los casos perdida de la uña.

Este picoteo sobre la vesícula también se produce cuando intentamos curarla. Para ello, utilizamos algún antiséptico en forma líquida o pomada (ungüento) sobre el área afectada (dedo-uña). Pues bien, hemos observado que el contacto del desinfectante con la vesícula, acrecienta en el parisino la necesidad de picotearla; generando, en la mayoría de los casos, la pérdida total de la uña (fig.15) y la formación de un muñón que permanece rojizo bastante tiempo.

Por todo lo mencionado, podemos llegar a la conclusión, de que el origen de la pérdida o rotura de alguna uña o uñas por parte del parisino, no depende sólo de una debilidad congénita o de la carencia de algún nutriente, como generalmente suele manifestarse, sino, sobre todo, puede o debe atribuirse a diversos motivos como una mala praxis, a la casualidad o ambas cosas a la vez.

Como resultado de nuestro estudio, la rotura o desprendimiento de una o varias uñas dependen de diversos motivos como rejillas inadecuadas, utensilios inapropiados en jaulas y jaulones, varios parisinos en una misma jaula o jaulón, su carácter nervioso y asustadizo,… Aunque, fundamentalmente, el desprendimiento o caída radica en la etapa donde se relega la higiene y profilaxis a un segundo plano. La falta de higiene protagoniza el mayor contratiempo a la raza porque limita su normal desarrollo, es decir, imposibilita su participación en los concursos, finalidad última.

Por ello, debemos evitar todo aquello que es nocivo, tanto mecánico como biológico, generado eventualmente por el medio en que se encuentran nuestros Rizados de París y AGI, para, de esta manera, impedir tanto la rotura como el desprendimiento o caída de las uñas de nuestros Rizados.

En la mayoría de los casos, la rotura de la uña o uñas se produce con desprendimiento de su funda, que es la parte cuticular más dura, dejando al descubierto su raíz, que presenta un flujo de sangre bastante fluido y abundante. Es probable que tengamos que contener la hemorragia y evitar una posterior infección.

Para su limpieza y desinfección, debemos utilizar en el momento de la rotura un antiséptico con la sustancia yodo como principio activo, para mantener una buena higiene en dedos y uñas. Para contener el flujo de sangre nada mejor que utilizar el “lápiz de nitrato de plata”.

Como remedio rápido y casero, podemos utilizar el pimentón o sumergir la uña afectada en vinagre y sal. El vinagre es astringente, es decir, produce sequedad y encogimiento en los tejidos orgánicos disminuyendo la hemorragia; y  la sal endurece y seca la zona.

En resumen, la rotura o perdida de algunas uñas, en bastantes casos, deja de ser un suceso eventual involuntario porque podemos poner mucho de nuestra parte para solucionarlo y no convertirlo, por una mala praxis, en un suceso inoportuno que obstaculiza o impide el camino del éxito de algunos parisinos.

Fig.17: Uña dedo pulgar irregular y deforme. Se puede apreciar que su formación córnea no es kla propia de la uña de un rizado, es decir, presenta un aspecto degenerativo

Fig.17: Uña dedo pulgar irregular y deforme. Se puede apreciar que su formación córnea no es la propia de la uña de un Rizado, es decir, presenta un aspecto degenerativo.

El RIZADO DE PARÍS: Alimentación y Nutrición

21 junio, 2014 Posted by hnosgarciaramos

 

 

INTRODUCCIÓN

La finalidad de este artículo, alimentación y nutrición, es poner a disposición de los aficionados los ingredientes de los alimentos que suministramos a nuestros Rizados y los factores que influyen en su elección, con el único propósito de formular raciones equilibradas para su dieta: reproducción, crecimiento, muda y mantenimiento, etc.

La ración suministrada a nuestros rizados puede consistir simplemente en mezclas de granos y pasta; sin embargo, es preciso conocer el valor nutritivo de los alimentos con el fin de alcanzar o mantener un buen equilibrio entre nutrición y salud.

El artículo expone aspectos teóricos y prácticos relacionados con el fenómeno de la alimentación y nutrición; pero, limitándose a los conocimientos necesarios para comprender estos principio. A la vez, intenta acercar al criador a este interesante campo.

La información la transcribimos a través de citas recogidas de los textos y documentos utilizados para dar cierto rigor al trabajo. La bibliografía es el documento fuente del que hemos tomado el contenido.

El trabajo se divide en tres bloques: Fundamentos de la alimentación, Procesos digestivos y metabólicos de la nutrición y Prácticas de la alimentación. Que aparecerán en sucesivos números de la Revista. Como guía, mostramos a continuación su esquema de orientación.

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 Comenzaremos este trabajo con una cita de Leonard A. MAYNARD,  Profesor de Nutrición y Bioquímica de la Universidad de Cornell. Miembro de la Academia Nacional de Ciencias.

“Con frecuencia se cita al gran químico francés Lavoisier como el fundador de la ciencia de la nutrición, de la que estableció las bases químicas con sus famosos experimentos sobre la respiración, realizada antes de la Revolución Francesa (1848). Desde esa época, la Química ha constituido un auxiliar importante de los estudios sobre la nutrición.

 Con su aplicación a los estudios fisiológicos en el primer cuarto del siglo XIX, se demostró lo erróneo de la antigua creencia de que el valor nutritivo de la alimentación residía en “un solo alimento”, y se reconoció la necesidad de las proteínas, los carbohidratos y las grasas.

 Durante el resto del siglo, la ciencia de la nutrición su aplicación práctica se ocuparon principalmente de estos nutrientes y de unos cuantos elementos minerales. (Con el paso del  tiempo) se han realizado grandes progresos con el descubrimiento de las vitaminas y del papel que desempeñan los aminoácidos y algunos otros elementos minerales indispensables” (MAYNARD, 1968) .

“Se sabe con seguridad que son unos cuarenta los nutrientes esenciales para el mantenimiento normal del funcionamiento corporal y que a cualquier deficiencia le acompaña una enfermedad, a veces específicas” (BENDER, 1977).

FUNDAMENTOS DE LA ALIMENTACIÓN.

Alimentación y Nutrición: Aunque habitualmente no somos conscientes; los alimentos que suministramos a los “Rizados” y las condiciones que presenta el aviario como alojamiento para su cultivo son los soportes que nos proporcionarán el éxito o el fracaso en su crianza.

Alimentación, es el acto mediante el cual los “Rizados” ingieren el alimento que les proporcionamos para abastecer sus necesidades nutritivas, aportando “energía y materias primas para crecer, mantenerse y reproducirse” (Eckert, 1989).

El alimento también sirve como “una fuentes de energía para los procesos permanentes, tales como el movimiento y el metabolismo” (Eckert, 1989). Dicho en otras palabras, son los compuestos alimenticios que “deben aportar sustancias nutritivas para la formación y renovación de los componentes del cuerpo, además de generar la energía necesaria para los procesos fisiológicos” (Maynard, 1968).

Pues bien, esta energía, que es química, “deriva en última instancia del sol” (Eckert, 1989) y se encuentra almacenada en los vegetales, que los animales consumen; se produce gracias a la fotosíntesis, “punto de partida en la formación de los alimentos” (Hickman, 2006).

A pesar de que la alimentación y la nutrición mantienen una estrecha relación con los alimentos, muestran significados muy distintos. Entendemos por alimentación una actividad consciente y voluntaria que podemos modificar y adaptar a las necesidades del momento en que se encuentran los Rizados. En cambio, la nutrición “entraña actividades químicas y fisiológicas que transforman los elementos alimenticios en materia del organismo animal” (Maynard, 1968); ocurre a nivel digestivo y celular, y se considera un proceso involuntario e inconsciente.

Granos: fuentes de energía y proteínas; nutrientes vitales para el desarrollo normal de los Rizados.

Granos: fuentes de energía y proteínas; nutrientes vitales para el desarrollo normal de los Rizados.

 ”El alimento con independencia de su origen, que puede ser una planta, animal o materia inorgánica, se usa como un material para la producción de tejido nuevo, la reparación de los tejidos existentes y para la reproducción” (Eckert, 1989), y se encuentra vinculado entre otros a la cría, el mantenimiento, la reparación de la estructura ósea y del plumaje del Rizado.

Como para cada especie animal “las necesidades nutritivas varían de acuerdo con las diferencias  fenotípicas en el tamaño corporal, la composición y la actividad,  así como con la edad, sexo y estado reproductivo” (Eckert, 1989). Resulta evidente, que las sustancias nutritivas deben adaptarse a las etapas del desarrollo del Rizado; de forma, que no sólo deben suministrarse de modo adecuado, es decir, siguiendo un método; sino que, también deben estar bien equilibradas en las raciones para conseguir resultados satisfactorios.

Aunque alimentáramos los rizados con un método y un orden preciso, al no utilizar raciones bien equilibras, no conseguiríamos un sistema alimentario para una buena nutrición. Proceder, que nos puede conducir a un estado de debilitamiento y enfermedad, que junto con otros parámetros como alojamiento, falta de higiene, edad, sexo, etc., generaría cierto grado de mortalidad; especialmente, durante los periodos de muda y mantenimiento. Por ello, “debemos evitar métodos adecuados de alimentación con raciones mal equilibradas” (Jull, 1962).

Las sustancias contenidas en los alimentos se conocen, en la ciencia de la nutrición, como principios nutritivos, nutrientes esenciales, moléculas nutrientes, principios inmediatos, nutrimentos o simplemente nutrientes y van a intervenir de manera decisiva en el desarrollo del Rizado.

Resumiendo, los “nutrientes” son las sustancias químicas contenidas en los alimentos y que “sirven como fuentes de energía metabólica y como materiales brutos para el crecimiento, la reparación de los tejidos y la producción de gametos” (Eckert, 1989). Por tanto, sus competencias se pueden establecer de manera sintetizada en los siguientes cuatro objetivos

  1. suministrar energía para el mantenimiento de sus funciones y actividades;
  2. aportar materiales para la formación, crecimiento y reparación de las estructuras corporales y para la reproducción;
  3. suministrar las sustancias necesarias para regular los procesos metabólicos, y de crecimiento; y
  4. reducir el riesgo de algunas enfermedades” (Grande Covián, 1984).

Los nutrientes contenidos en los alimentos y que forman parte del cuerpo de los animales en general y de los Rizados como aves en particular se agrupan según (Jull, 1962; Maynard, 1968; Eckert, 2002; y Otros) en:

  • carbohidratos,
  • lípidos,
  • proteínas, aminoácidos, enzimas.
  • vitaminas,
  • elementos inorgánicas (minerales), y
  • agua; en cuanto al agua, el Dr. Urrialde de Andrés (2008) la considera  como un “nutriente esencial” porque cumple una función vital para la vida.

La bioquímica incluye los ácidos nucleicos como molécula nutriente. Y, “aunque son esenciales para la maquinaría genética de la célula, todas las células animales parecen sintetizarlos a partir de precursores más sencillos. Por lo tanto, la ingesta no es necesaria desde un perspectiva nutritiva” (Eckert, 1989); por lo que, no serán desarrollados en este trabajo.

Los nutrientes, contenidos en los alimentos, se reducen en el aparato digestivo a “sustancias más sencillas que son absorbidas y mezcladas de diferentes maneras en los tejidos” (Jull, 1962); es decir, los alimentos son transformados a sustancias simples que son absorbidas por las vellosidades intestinales y transportadas por la sangre hasta las células de los tejidos y órganos del Rizado.

Por consiguiente, resulta básico el conocimiento de la composición nutricional de los alimentos (granos, pasta, etc.) y el principio inmediato al que pertenecen; porque, de su conocimiento dependerá la elección acertada de los alimentos para su posterior integración en mezclas y pasta; logrando raciones equilibradas para una dieta saludable y adecuada a sus necesidades.

Pasta: Fuente de energía y proteínas; nutrientes vitales para su desarrollo normal.

Pasta: Fuente de energía y proteínas; nutrientes vitales para su desarrollo normal.

Los Nutrientes (I): los CARBOHIDRATOS

21 junio, 2014 Posted by hnosgarciaramos

 

Los carbohidratos están compuestos de carbono, hidrógeno y oxígeno (Hickman, 1967); “estando estos dos últimos elementos [H y O] en la misma proporción en que se encuentran en el agua” (Jull, 1962). Sin embargo, “algunos carbohidratos constituyen excepciones a esta regla” (Hickman, 1967). También se conocen como hidratos de carbono o glúcidos.

Este grupo de nutrientes comprende los “azúcares, almidones, celulosas, gomas y otras sustancias afines” (Maynard, 1968), y son usados principalmente “como fuentes de energía química inmediata o almacenada” (Eckert, 1989); en otras palabras, aportan energía, grasa y fibra al organismo, que se gasta en los procesos vitales que lleva a cabo el Rizado. Como componente celular “constituyen hasta el 1% del protoplasma” (Hickman, 1967).

 ”Los hidratos de carbono no figuran, en general, como constituyentes del cuerpo del animal” (Jull, 1962); “exceptuando pequeñas cantidades de azúcar y glucógeno” (Maynard, 1968). No obstante, “forman la mayor parte de la ración que consumen las aves, pues constituye aproximadamente las tres cuartas partes de la materia seca de las plantas y los cereales” (Jull, 1962).

“Los hidratos de carbono se forman en las plantas mediante la fotosíntesis que es la reacción química más importante en la Naturaleza” (Maynard, 1968);  proceso éste, mediante el cual, las plantas transforman la energía de la luz del sol en energía química.

IMG_20130917_054325Como hemos mencionado, las principales fuentes de carbohidratos son “los azúcares, los almidones y la celulosa hallados en las plantas y el glucógeno almacenado en los tejidos animales” (Eckert, 1989); aunque, “la celulosa que forma la fibra bruta de los alimentos no es buena fuente de energía en la alimentación” (Jull, 1962). En cambio, “la glucosa (también llamada dextrosa) es el hidrato de carbono más importante de los seres vivos y el glucógeno es la principal reserva de azúcares en los animales” (Hickman, 2002). Se encuentran, generalmente, en todos los granos con los que alimentamos al Rizado: alpiste, mijo, maíz, cebada, trigo y básicamente en la avena, así como, en frutas y lácteos.

Los carbohidratos o hidratos de carbono se suelen clasificar en tres grupos; “monosacáridos o azúcares sencillos; disacáridos azúcares dobles, y polisacáridos o azúcares complejos” (Hickman, 2002); y, cumplen diversas funciones, como “la energética, estructural, informativa y detoxificación” (Glez. Mañas, 2013), la detoxificación aparece en otros materiales consultados como  ”liberación de toxinas”.

Para determinar la cantidad de carbohidratos que entran en la composición de los alimentos suelen dividirse en dos grupos “fibra bruta y extracto no nitrogenado” (Maynard, 1968). La fibra bruta de los alimentos, “consiste principalmente en celulosa y otros polisacáridos, que forman la estructura y la parte protectora de las plantas como el salvado de trigo y cascarilla de avena” (Maynard, 1968).

El extracto no nitrogenado “está integrado por los hidratos de carbono digestibles de los alimentos y comprende los azúcares, los almidones y la parte soluble de carbohidratos más complejos y es la diferencia entre el peso total del alimento y la suma de los pesos del agua, las cenizas, la fibra, las grasas y la proteína bruta” (Jull, 1962).

Los Nutrientes (II): los LÍPIDOS

21 junio, 2014 Posted by hnosgarciaramos

 

Los Lípidos son compuestos principalmente constituidos por carbono e hidrógeno y pequeñas cantidades de oxígeno, y en algunos lípidos también fósforo y nitrógeno (Bender 1993). Los lípidos son grasas y sustancias similares. Prácticamente insolubles en agua, pero solubles en disolventes orgánicos, como la acetona o el éter (Hickman 2006).

También se define como, “un conjunto muy heterogéneo de biomoléculas cuya característica distintiva aunque no exclusiva ni general es la insolubilidad en agua, siendo por el contrario, solubles en disolventes orgánicos (benceno, cloroformo, éter, hexano, etc.).

En muchos lípidos, esta definición se aplica únicamente a una parte de la molécula, y en otros casos, la definición no es del todo satisfactoria, ya que pueden existir lípidos soluble en agua (como los gangliósidos, por ejemplo), y a la vez existen otras biomoléculas insolubles en agua y que no son lípidos (carbohidratos como la quitina y la celulosa, o las escleroproteínas)” (Glez. Mañas, 2013).

Siguiendo la nomenclatura expuesta por Bloor, W.R. citado por Maynard (1968 pág. 59), de manera resumida, se pueden clasificar en: Lípidos simples, son esteres de los ácidos grasos con varios alcoholes: Grasas (triglicéridos, llamados grasas neutras) y las CerasLípidos compuestos, son esteres de los ácidos grasos con otros grupos en la molécula: Fosfolípidos (lecitina, cefalina, esfingomielina), los Glucolípidos (cerebrósidos) y los Aminolípidos, sulpolípidos, etc.; Lípidos derivados sustancias derivados de los grupos anteriores por hidrólisis, ácidos grasos y esteroles, grupo que se denomina como “los esteroides” (Hickman, 2006). Otras clasificaciones lo hacen en “lípidos saponificables, no saponificables y otros” (Glez. Mañas, 2013).

“Las sustancias más importantes de este grupo desde el punto de vista de las cantidades existentes en el cuerpo de los animales y en su alimentación son las GRASAS” (Maynard, 1968); las cuales, “constituyen una fuente de energía para el organismo, al igual que los carbohidratos” (Jull, 1962), pero más ricas en carbono e hidrógeno que éste. Resulta, “que cada gramo contiene más de 2 veces la energía calórica de un gramo de proteína o carbohidratos” (Eckert, 1989). “Conocidas también como grasas neutras o verdaderas y son el principal combustible de los animales” (Hickman, 2006).

“Las grasas neutras son triglicéridos, formados por glicerol y tres moléculas de ácidos grasos. Las grasas neutras son esteres, es decir, una combinación de un alcohol (glicerol) y un ácido” (Hickman, 2006). También existen otros lípidos importantes en la nutrición, “como el ergosterol, que es una sustancia que genera la vitamina D y los fosfolípidos que proporcionan la colina, que es el componente más importante de la molécula de lecitina en el sentido de que normalmente se requiere su inclusión en la dieta para la síntesis orgánica de los fosfolípidos” (Maynard, 1968).

En los vegetales “los lípidos se forman a partir de los carbohidratos” (Jull, 1962), como ejemplo, al madurar las semillas, su contenido de grasa aumenta, “presentándose en cantidades establecidas en los granos de todos los cereales, pero en menores proporciones que en el cuerpo de las aves” (Jull, 1962).

En los animales, “el exceso de carbohidratos puede transformarse en grasa y, hasta un cierto grado, los ácidos grasos pueden transformarse en glucosa” (Hickman, 1967), como ejemplo, engordar un animal con alimentos compuestos principalmente por carbohidratos. Sin embargo, a diferencia de los vegetales, los animales también pueden acumular grasa en su cuerpo a partir de la grasa ingerida (FAO, 1986).

Los lípidos son de gran importancia en la nutrición de las aves, en especial el Rizado, por “las funciones vitales de determinados lípidos como por la formación de grasa que se produce en el cuerpo en forma de depósitos de reserva y otras funciones” (Maynard, 1968); mantienen el plumaje de los Rizados sano y brillante; se encuentran en los granos de colza, negrilla, linaza, nabina y cañamón.

Los Nutrientes (III): PROTEÍNAS, AMINOÁCIDOS y ENZIMAS

20 junio, 2014 Posted by hnosgarciaramos

 

Las proteínas son compuestos orgánicos o macromoléculas que “contienen carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y pequeñas cantidades de azufre” (Bender 1993). Aunque, “el elemento principal que caracteriza a las proteínas es el nitrógeno” (Hickman, 1967; Morrison, 1969).

Estas moléculas están formadas por componentes más sencillos que se conocen como “AMINOÁCIDOS“, que se obtienen por “hidrólisis mediante enzimas, ácidos o álcalis” (McDonald y otros, 2011) . Se consideran “los productos últimos de la digestión de las proteínas y las piezas con la que se forman las proteínas del organismo, así como también los productos intermedios del catabolismo de las sustancias proteicas” (Maynard, 1968).

“Las proteínas de los tejidos animales están formadas por unos veinte aminoácidos diferentes” (Eckert, 1989), que son llamados “aminoácidos proteicos” (Battaner Arias, 2013), porque resultan de la hidrólisis de las proteínas; es decir, pertenecen a la proteína, y pueden combinarse en cualquier orden y repetirse de cualquier manera. En ocasiones, la hidrólisis de una proteína origina “aminoácidos con estructura diferente a la de estos veinte” (Battaner Arias, 2013). También existen aminoácidos no proteicos “que teniendo una estructura química de aminoácido, no forman parte de las proteínas” (Battaner Arias, 2013).

“Aunque se han aislado más de doscientos aminoácidos en los compuestos orgánicos, únicamente pueden encontrarse como componentes de las proteínas una veintena de ellos” (McDonald y otros, 2011). Sin embargo,”pocas proteínas contienen todos los distintos tipos de aminoácidos, pero considerando todas las combinaciones posibles de aminoácidos en las moléculas proteicas es fácil ver que puede producirse una variedad casi infinita de proteínas, del mismo modo que combinando las veintiséis letras del alfabeto pueden obtenerse miles de palabras distintas” (Hickman, 1967).

Huevo: por excelencia la proteína animal para los Rizados

El huevo: por excelencia la proteína animal para los Rizados

La unión de dos o más aminoácidos originan los péptidos; fenómeno, que se conoce como “enlace peptídico” (Hickman, 1967; Eckert, 1989; Glez. Mañas, 2013). Cuando el péptido lo forman “quince o menos aminoácidos se nombran como: dipéptido, tripéptido, etc.; cuando contienen entre quince y cincuenta se trata de un polipéptido; si el número de aminoácidos está por encima de los cincuenta se consideran proteínas” (Glez. Mañas, 2013); aunque, estas cantidades designadas a los aminoácidos dependen del autor consultado. “En los seres vivos se pueden encontrar proteínas formadas por más de 1000 aminoácidos” (Glez. Mañas, 2013).

“La capacidad para sintetizar aminoácidos en los animales difiere de una especie a otra” (Eckert, 1989). Dependiendo de esta capacidad, los aminoácidos se clasifican en esenciales y no esenciales, y hacen mención a la necesidad de su inclusión en la comida (dieta) del Rizado.

En las aves se han identificados al menos 10 aminoácidos esenciales, que no pueden ser sintetizados por ellas (Rizados) y han de ser suministrados con la ración (Jull, 1962). Estos aminoácidos son: “la lisina, triptófano, histidina, fenilalanina, leucina, isoleucina, treonina, metionina, valina y la argínina” (Rose, 1948, citado por Maynard, 1968). Pero la lista puede ser mayor, ya que Rose (1938) definió el aminoácido esencial como aquel que no puede ser sintetizado en el cuerpo con la rapidez que requiere el crecimiento normal.

En cambio, los que necesitan ser elaborados de otros compuestos que existan en el alimento o de productos intermedios del metabolismo son considerados no esenciales (Maynard, 1968); dicho de otra manera, los aminoácidos no esenciales son aquellos que el propio organismo puede sintetizar, como la “glicina, alanina, serina, cistina, tirosina, ácido asparraguínico,  ácido glutámico, prolina, hidroxiprolina, citrulina” (Rose 1948, citado por Maynard, 1968).

Expone Maynard ( 1968, pág. 94) que:

  1. la cistina puede suministrar casi la sexta parte de la metionina, pero no influye en el crecimiento cuando falta la metionina.
  2. La tirosina puede sustituir casi la mitad de la fenilalanina, pero no influye en el crecimiento cuando falta la fenilalanina.
  3. El ácido glutámico y la prolina pueden servir separadamente como sustitutos poco eficaces de la arginina en la dieta. Esta propiedad no la comparte la hidroxiprolina.
  4. La arginina puede ser sintetizada por la rata, pero no con la suficiente rapidez para satisfacer las demandas del crecimiento máximo; por lo tanto, su clasificación como aminoácido esencial o no esencial es tan solo cuestión de definición”.

Esto quiere decir, que existe alguna relación con la dieta, aun cuando sea indirecta.

Algunos otros investigadores consideran que “9 aminoácidos son indispensables ( los 10 de Rose, menos la arginina); a la arginina, el ácido glutáminico y algunos otros, los consideran como semi-indispensable o estimulantes y a los demás de la lista como no esenciales (Maynard, 1968).

IMG_20130917_054141En cuanto al crecimiento de aves (pollitos) requieren especial atención, “la arginina, la cistina, la glicina, la lisina, la metionina y el triptófano” (Jull, 1962); los cuales, utilizamos como suplemento en las comidas de los Rizados; pero es de presumirse que también se requieren otros aminoácidos (Maynard, 1968). Una deficiencia de ciertos aminoácidos, tales como lisina o metionina, facilita diversos trastornos del plumaje (falsa muda, despigmentación de las plumas del ala, plumas de la cola caídas, plumaje deteriorado) en los Rizados (Baseggio y Lombardini 1974).

El Prof. Maynard (1968, pág. 101) expone, “que en la práctica de la alimentación no hay  ninguna dieta que contenga solamente una sola proteína, sino que en cualquier ración hay una mezcla de proteínas. Así como, que tampoco hay ninguna ración que falte por completo un aminoácido esencial, pero hay grandes variaciones en la relación cuantitativa de los aminoácidos. Por eso, sujeta a las variaciones que sufre en la digestión y en la absorción, la ración que tiene la más alta calidad proteínica es la que suministra todos los aminoácidos necesarios, en la proporción que más se aproxima a la existente en las proteínas que han de formarse en los tejidos de crecimiento, en la leche, en los huevos, en la lana. etc. Este tipo de ración alimenticia cubrirá las necesidades proteicas del cuerpo con una dosis mínimas de proteínas en el alimento”.

Puesto que el cuerpo contiene muchas proteínas diferentes, con diferentes relaciones de aminoácidos, la utilidad de las proteínas de los alimentos depende, en parte, del fin a que éstos se apliquen (Maynard, 1968); deducimos lo siguiente:

  • durante la muda y cría, debemos suministrar los aminoácidos que son constituyentes de la estructura básica de las plumas; cabe destacar la metionina, que entre sus cualidades favorece la formación de un óptimo plumaje; mientras, lalisina promueve el crecimiento de las nidadas y los jóvenes (Baseggio y Lombardini 1974);
  • el tipo y la cantidad de aminoácidos suministrados al Rizado debe estar acorde con los diferentes regímenes alimentarios: reproducción, crecimiento, muda, mantenimiento, reposo; y
  • la cantidad suministrada durante la muda y crecimiento debe ser superior al aportado en el periodo de mantenimiento o descanso.

Las proteínas, según Maynard (1968, pág. 85), se pueden clasificar basándose en sus propiedades físicas: Proteínas simples, las que por hidrólisis sólo dan aminoácidos o sus derivados y comprenden varios subgrupos; encontrándose el grupo de las albúminas que está integrado entre otras por la lactoalbúmina y la albúmina del huevo.

Las proteínas conjugadas,  son las constituidas por “proteínas simples en combinación con radicales no proteicos” (Maynard, 1968); dicho de otra manera, las que por hidrólisis dan aminoácidos acompañados de diferentes sustancias, y se integran en cinco grupos: los nucleoproteidos, glucoproteidos, fosfoproteidos, hemoglobinas y  lecitoproteidos.

Las proteínas derivadas, comprende “compuestos de alteración o degradación de las proteínas naturales, producidos por la acción del calor, de las enzimas o de los agentes químicos” (Maynard, 1968); es decir, compuestos que se originan a partir de la “desnaturalización y desdoblamiento de los anteriores. Comprende los siguientes subgrupos, proteínas, metaproteínas, proteínas coaguladas, proteosas, peptonas y pétidos; dependiendo todas ellas del alcance de la degradación” (Maynard, 1968).

Las proteínas cumplen en el organismo una gran variedad de funciones; y que, según Hickman (1967, pág. 36), “no sólo sirven como componente estructural principal del protoplasma, sino que también forman enzimas, hormonas, cromosomas y otros componentes celulares, y pueden liberar energía cuando se utilizan como alimentos”. Por ello, se clasifican en: “plástica o estructural, enzimática, hormonal, de defensa, de transporte, de reserva, reguladora o biorreguladora, de contracción muscular o contráctil y función homeostática o reguladora del pH” (V. Autores).

IMG_20130917_054928La ovoalbúmina de la clara de huevo, la lactoalbúmina de la leche, la gliadina del grano de trigo, constituyen una reserva de aminoácidos para el futuro desarrollo del embrión y para la calidad del jugo alimenticio que la pareja proporcionará a los pichones de los Rizados en los primeros días de su nacimiento. “Una proteína, como la ovoalbúmina o clara de huevo, contiene por lo menos 300 aminoácidos” (Hickman, 1967).

“Una nutrición suficiente de proteínas es muy importante para resistir las enfermedades infecciosas” (Maynard, 1968); porque, participan como anticuerpos en la defensa del organismo contra los agentes externos, por lo que, podemos definir los anticuerpos como “proteínas altamente específicas que tienen la capacidad de identificar sustancias extrañas como los virus, bacterias y las células de otros organismos” (Tovar Franco, 2006).

Por todo lo expuesto anteriormente, el “valor de una determinada proteína en la nutrición depende de sus propios aminoácidos, ya que el cuerpo es incapaz de sintetizar muchos de los aminoácidos que están presentes en sus proteínas, y por eso las proteínas de los alimentos deben proporcionarlos” (Maynard, 1968); con otras palabras, una proteína tiene un alto valor biológico cuando es rica en aminoácidos esenciales en cantidades suficientes para formar la proteína que necesita el cuerpo.

“Al parecer no existe peligro al ingerir un exceso de proteínas; en cambio, el exceso de algún aminoácido puede ocasionar ciertos desequilibrios o alguna alteración mayor. Una pequeña cantidad de metionina mejorará el valor biológico de una proteína que esté limitada por este aminoácido, pero las cantidades mayores que las mínimas necesarias para este fin pueden originar un balance nitrogenado negativo; ejemplo, alterando el crecimiento y ejerciendo otros efectos” (Bender, 1977).

Las proteínas de los alimentos se pueden obtener a partir del reino vegetal (leguminosas) y animal (alimentos de origen animal). Las proteínas de origen vegetal son incompletas y requieren de complementación proteicas; como alimentos ricos en proteínas vegetal encontramos los granos de negrilla, linaza, colza, guisantes, frutos secos, cereales y derivados como, la levadura de cerveza, el germen de trigo, etc. En cambio, las proteínas de origen animal aportan proteínas completas, es decir, de alto valor biológico, que se encuentran en los huevos, la leche, derivados lácteos, etc. (Autores V.).

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Las enzimas, “son moléculas de naturaleza proteica y estructural”  (Wikipedia, 2013); en otras palabras, “es un catalizador biológico producido por el protoplasma que acelera una reacción química sin afectar los productos finales de la reacción y sin ser destruido a consecuencia de la misma. Deben existir miles de enzimas en el organismo animal, ya que los procesos fisiológicos son principalmente enzimáticos. En cada aspecto de los fenómenos de la vida se implican enzimas. Regulan las reacciones mediante las cuales el alimento se digiere, absorbe y metaboliza. Promueven la síntesis de los materiales estructurales que reemplazan los desgastes y consumos del organismo. Determinan la liberación de la energía utilizada en la respiración, crecimiento, contracción muscular, actividades físicas y mentales y otras muchas funciones” (Hickman, 1967).

Los Nutrientes (IV): ELEMENTOS INORGÁNICOS

20 junio, 2014 Posted by hnosgarciaramos

 

Los minerales son los componentes inorgánicos de la alimentación; “desarrollan funciones esenciales en el cuerpo y deben estar presentes en la alimentación” (Maynard, 1968); tienen gran importancia porque permiten al Rizado “utilizar más ventajosamente otros principios nutritivos” (Jull, 1962).

El cuerpo del Rizado “contiene un gran número de elementos minerales combinados unos con otros y en combinación con componentes orgánicos” (Jull, 1962; Maynard, 1968); “se encuentran en varias proporciones en las diversas partes del cuerpo, según las funciones que éstas han de realizar” (Maynard, 1968).

“Se consideran elementos minerales esenciales para la vida animal, el calcio, fósforo, sodio, potasio, cloro magnesio, hierro, azufre, yodo, manganeso, cobre, cobalto”, existiendo cierta duda sobre el flúor por su “carácter tóxico” (Jull, 1962; Maynard, 1968). No obstante, “existen cuando menos otros doce elementos, como el silicio, el boro, y otros que se encuentran regularmente en el cuerpo del animal realizando algunas funciones esenciales que todavía no se han descubierto” (Maynard, 1968). Continúa comentando “que es razonable suponer, que la mayoría de ellos se encuentran en el organismo simplemente porque se hallan en los alimentos y por ello son parcialmente detenido en lugar de ser excretados.

Los nutrientes también incluyen “elementos traza esenciales como el yodo, el zinc y otros metales que pueden ser necesarios en cantidades extremadamente pequeñas” (Eckert, 1989).

Grit y sales minerales

Dos muestras de grit  y sales minerales

Los minerales o elementos inorgánicos se agrupan en: macroelementos, que son los que el organismo necesita en mayor cantidad y se miden en gramos; microelementos, que se necesitan en menor cantidad y se miden en miligramos; y por último, los oligoelementos o elementos traza, que se precisan en cantidades pequeñísimas del orden de microgramos (V. Autores).

Estos elementos químicos o sales minerales contribuyen al normal funcionamiento del organismo, porque tienen “su importancia para mantener la presión osmótica y el equilibrio líquido en la regulación iónica del latido cardíaco y en las armazones, como los huesos”  (Hickman, 1967).

La carencia de calcio, fósforo y vitamina D “produce una desmineralización de los huesos, por lo que aparecen blandos, deformes y dolorosos. Por lo general, hay otros cambios asociados a esta carencia” (Leach, 1979). El calcio lo podemos encontrar en forma de caliza y concha de ostra y el fósforo agregando a la ración sales minerales.

“Algunas veces es necesario agregar sodio, cloro y manganeso a los minerales proporcionados por los alimentos. El sodio y el cloro son suministrados por la sal común. El manganeso se puede proporcionar en forma de sulfato o de bióxido” (Jull, 1962). Sin embargo, “la prueba de que un elemento mineral es esencial está en que al suprimirlo de la dieta sobrevienen alteraciones de estructura o trastornos de funcionamiento” (Maynard, 1968); o dicho de otro modo, su ausencia manifiesta debilitamiento y predisposición a enfermedades de todo tipo, generando un severo problema a la salud del Rizado.

La insuficiencia o falta de elementos inorgánicos en la comida, conducen a un estado de alimentación deficitaria que trae como consecuencia retrasos en el crecimiento y problemas en la muda y cría. No obstante, parece cierto, y así lo manifiesta (Maynard, 1968 pág. 181) que “exceptuando algunos casos muy especiales, los únicos minerales que es necesario añadir a la dieta de las especies pecuarias, después del periodo de amamantamiento, son la sal, el calcio, el fósforo y el yodo”.

Por consiguiente, para evitar problemas nutritivos por el exceso de minerales en la dieta del Rizado; pensamos, que “suministrar minerales innecesarios es un gasto inútil, como consecuencia de efectos perjudiciales que son producidos por la dosis excesiva”; y que, generalmente, el único suplemento que se necesita añadir es la sal (Maynard, 1968); es decir, el cloro y el sodio.

Los Nutrientes (V): las VITAMINAS

20 junio, 2014 Posted by hnosgarciaramos

 

Las Vitaminas, según ECKERT, (1989 pág. 723) “son un grupo, diverso y sin ninguna relación química, de sustancias orgánicas que generalmente se necesitan en pequeñas cantidades para actuar, de forma principal, como cofactores de los enzimas”; es decir, sustancias orgánicas reguladoras de los diversas procesos que tienen lugar en el cuerpo de las aves (Rizados).

“La capacidad para sintetizar las diferentes vitaminas cambia de unas especies a otras y, aquellas vitaminas esenciales que un animal no puede producir por sí mismo deben obtenerse a partir de otras fuentes, principalmente de las plantas, pero también de la carne animal de la dieta o de los microbios intestinales” (Eckert, 1989).

Frutas: complejo vitamínico natural.

Frutas: complejo vitamínico natural.

Las vitaminas se les clasifican según su solubilidad en aceite o agua. “Las liposolubles o solubles en las grasas son, la A (retinol), la D (calciferol), E (tocoferol), K (antihemorrágica), la F (ácidos grasos esenciales); y las hidrosolubles que forman el complejo B, encontrándose la B1 (tiamina), la B2 (riboflavina), B3 (niacina), la B5 (ácido pantoténico), B6 (piridoxina), B12 (cobalamina); la Vitamina C (ácido ascórbico) y la Vitamina H (biotina). También existen otras sustancias conocidas como falsas vitaminas o vitaminoides que se incluyen en el grupo de las vitaminas como, el Inositol, la Colina y el Ácido Fólico”. (Autores V).

Las vitaminas se deben suministrar en pequeñas dosis a través de los alimentos, porque el Rizado no puede sintetizarlas. “Como excepciones, la vitamina D que puede formarse cuando una planta o un animal es irradiado con luz solar, las vitaminas K, B1, B12 y ácido fólico que se forman en pequeñas cantidades en la flora intestinal” (Uned, 2013; Otros); así como, la vitamina C que puede ser sintetizada por las aves (Jull, 1962; Babor/Ibarz, 1975). Las vitaminas son necesarias y esenciales para la salud del Rizado; porque, la carencia de algunas de ellas afectan a características tan fundamentales como, “el desarrollo y la pigmentación de las plumas” (Jull, 1962).

 

La Vitamina A es “una vitamina soluble en las grasas, relacionada químicamente con el beta-caroteno, que se convierte en vitamina A en los tejidos, principalmente en el hígado. Los vegetales no contienen vitamina A libre, pero si sus provitaminas (carotenos, xantofila). El enzima carotinasa desdobla en el hígado el caroteno en vitamina A”  (Babor/Ibarz, 1975).

En otras palabras, se forma en “el cuerpo del ave a partir del caroteno y de la criptoxantina contenidas en ciertos alimentos y tiene especial importancia para mantener en condiciones satisfactoria el epitelio de los ojos, los aparatos respiratorio y digestivo y otras partes del cuerpo” (Jull, 1962).

Posible carencia de vitamina A o catarata

Posible carencia de vitamina A o catarata

“El contenido en vitamina A de los alimentos incluye la vitamina y sus provitaminas” (Babor/Ibarz, 1975). Su carencia se pone de manifiesto por la “lentitud del ojo para adaptarse en la oscuridad; aunque los defectos oculares varían de una especie a otra” (Maynard, 1968). Sin embargo, “el exceso de vitamina A en la ración tiene un efecto deprimente sobre el funcionamiento de la glándula tiroides” (Jull, 1962).

Algunos Rizados, a partir del segundo año, pierden la visión de un ojo o de los dos. Generalmente, la pérdida de visión, comienza siendo parcial pero en poco tiempo es total en la mayoría de los casos. En algunos no se aprecian síntomas de tal patología, pero en otros aparece en el centro del globo del ojo una pequeña película blanca, que normalmente atribuimos a una carencia de vitamina A o una catarata.

Sin embargo, el suministro de vitamina A, durante el periodo de mantenimiento y aparición de los primeros síntomas de la ceguera, no produce mejora en la visión. Esto nos hace suponer, que su carencia no es la causante de la ceguera; sino que, deben encontrarse otros factores como, la acumulación de proteínas en el ojo, la imposibilidad de metabolizar bien la vitamina A por parte del ojo, una tara hereditaria o todas, etc.

Zanahoria: fuente de nutrientes y vitaminas (betacaroteo y provitamina A)

Zanahoria: fuente de nutrientes y vitaminas (betacaroteo y provitamina A)

“La vitamina A se encuentra en todos los vegetales en proporción a su pigmentación, lechuga, zanahoria, escarola, plátanos, etc.; y en los animales, en el aceite hígado de peces (halibut, bacalao), en la leche, mantequilla y yema de huevo, no existiendo prácticamente en la manteca ni en los aceites vegetales” (Babor/Ibarz, 1975).

El término de Vitamina D, “se aplica a sustancias del grupo de los esteroles que tienen propiedades antirraquíticas” (Babor/Ibarz, 1975). Se encuentra de diversas formas en ciertos compuestos de origen vegetal y animal. Los cuales, al ser irradiadas por la luz solar los induce a tomar las propiedades de la Vitamina D.

“Cuando se irradia el ergosterol, un esterol vegetal, con luz ultravioleta, se transforma en Vitamina D2, que tiene poco valor para las aves” (Jull, 1962). No obstante, “la levadura  de cerveza es muy rica en “ergosterol” y su irradiación produce una fuente de gran potencia para otras especies pecuarias” (Maynard, 1968). Sin embargo, “cuando se somete a la luz solar el “7-dehidrocolesterol, un esterol existente en la piel de las aves, es activado para formar vitamina D3, la más eficaz para las aves. El 7-dehidrocolesterol irradiado es tan eficaz como el aceite de hígado de bacalao para prevenir el raquitismo de las aves cuando están en periodo de crecimiento” (Jull, 1962).

El ergosterol activado es la vitamina D2 y el 7-dehidrocolesterol activado es la vitamina D3; ambos esteroles activados se conocen como provitaminas D. Se encuentra en el aceite hígado de bacalao y halibut, y en menor proporción en la leche, huevos y grasas animales (Babor/Ibarz, 1975).

En la comida del Rizado se “debe proporcionar vitamina D, en cantidades adecuadas para la utilización del calcio y del fósforo” (Jull, 1962). Porque, como hemos indicado en el apartado de los minerales, “el calcio y el fósforo contenidos en la ración no pueden ser utilizados eficazmente para la formación de los huesos si existe una deficiencia en vitamina D, que produce, la enfermedad llamada raquitismo” (Jull, 1962); desmineralización de los huesos

Para Maynard (1968, pág. 203,) el raquitismo es un trastorno del metabolismo del calcio y del fósforo y no solo tiene relación con la deficiencia de vitamina, sino con las cantidades de esos elementos minerales y la relación entre ellos. No hay calcificación sin calcio y fósforo. Por otra parte, la vitamina D tiene una función nutritiva además de la relativa al desarrollo de los huesos. Indudablemente, esta vitamina es necesaria siempre para la calcificación de los huesos en su periodo de desarrollo, pero la cantidad necesitada varía con la cantidad y relación de los elementos minerales citados y con la especie animal. Pero ninguna cantidad de vitamina D puede compensar una gran deficiencia mineral.

Con relación a la luz solar y la nutrición de vitamina D expone que “como la mayor parte de los alimentos comúnmente usados contienen poca o ninguna vitamina D, parece que habría necesidad de añadir a la dieta un suplemento de esa vitamina. Esto sería cierto si no fuera por el sol, cuyos rayos ultravioletas transforman las provitaminas de la piel en vitamina D3. La luz solar suple así la deficiencia de la mayor parte de los productos alimenticios naturales”. Esto conlleva, que debemos sacar los Rizados al sol; pero, con la prudencia de no exponerlos a una irradiación excesiva e irregular, porque puede resultar nociva.

IMG_20130917_054141“La Vitamina E es soluble en grasas, conocida químicamente con el nombre de alfa-tocoferol, tiene importancia para mantener en buenas condiciones los órganos reproductores y el tejido del cerebro” (Jull, 1962). Es otras palabras, “los machos alimentados con raciones deficitarias en vitamina E poseen una fertilidad deficiente y las hembras producen huevos de baja incubabilidad (Jull, 1962); entendiéndose por incubabilidad, la capacidad de un huevo fértil de producir un pichón de Rizado vivo y en buenas condiciones, y no abortado.

Con la administración de la vitamina E durante el periodo de reproducción (preparación para la cría y cría) evitaríamos no solo la infertilidad de los machos, sino también una de las causas que provocan la muerte del embrión. La vitamina E “está muy difundida en los alimentos de las especies pecuarias. Abunda en los granos enteros de los cereales, particularmente en el germen, y, por lo tanto, en los subproductos que contienen germen” (Maynard, 1968); así como, en los “aceites vegetales y hojas verdes” (Babor/Ibarz, 1975).

La Vitamina H se conoce también como biotina, coenzima R y factor antinocivo de la clara de huevo, pues si ésta se come cruda, sin cocer, se desarrolla en el hombre y también en las ratas una dermatitis que puede ser curada con biotina” (Babor/Ibarz, 1975). Incluso, “en todas las especies se ha observado la dermatitis, perdida de pelo y retardo en el crecimiento” (Maynard, 1968).

La biotina es necesaria para crecimiento normal y la buena incubabilidad, y está relacionada con la perosis (Jull, 1962), es decir, influye en el desarrollo normal del embrión y su ausencia en la dieta produce un retardo en el crecimiento. Según (Maynard 1968, pág. 240) “la biotina, en unión al manganeso, la colina y el ácido fólico, sirve para prevenir la perosis”; término, que se aplica a la deformidad de las patas de los pollitos y otras aves.

075Deformidad, que resulta poco habitual o nula en los Rizados. No obstante, podría haber aparecido esta deficiencia y no prestar demasiada atención por nuestra parte o simplemente restarle importancia; también, se pudo confundir con otras manifestaciones. En fin, si apareció en algún momento, la eliminamos del aviario sin haber tomado conciencia de ello.

“Una deficiencia en biotina (H), produce una mengua en la fertilidad de los huevos de las aves de corral adulta” (Maynad, 1968) y en los Rizados consecuentemente conduce a la esterilidad, produciendo una cantidad anormal de huevos no fecundados. Es necesaria en el desarrollo de muchas levaduras, hongos y bacterias. Se encuentra en la levadura, en la yema del huevo, en el hígado y en todos los productos que contienen el complejo vitamínico B (Babor/Ibarz, 1975).

La Vitamina C o ácido ascórbico “parece que es necesaria en el metabolismo de todas las especies, pero su necesidad en la dieta está limitada al hombre, al cobayo y al mono; sin embargo, no se ha determinado si es sintetizada siempre en cantidad suficiente en el metabolismo de otras especies, particularmente los animales de granja” (Maynard, 1968). Los pájaros, las ratas y las vacas no precisan de ácido ascórbico en su dieta, pues pueden sintetizarlo (Babor/Ibarz, 1975); actúa como “antioxidante y es sintetizada por el propio organismo de las aves” (Jull, 1962).

No obstante, existe una relación entre la vitamina C y la vitamina A, de tal forma, que “la deficiencia de ácido ascórbico puede manifestarse en las especies que normalmente no requieren su inclusión en la dieta, cuando la dosis de vitamina A es insuficiente” (Maynard, 1968).

Un grupo importante de vitaminas es el llamado “complejo vitamínico B” (Maynard, 1968), que incluye un grupo amplio de vitaminas hidrosolubles; de las cuales, vamos a mencionar aquellas que utilizamos con más frecuencia en la dieta del Rizado.

La Vitamina B1 o tiamina; su carencia produce “trastornos nerviosos en las aves en crecimiento. En casos graves la cabeza cae sobre la espalda; se encuentra en abundancia en los cereales y en la leche desnatada (Jull, 1962); “La levadura de cerveza es la fuente más rica que se conoce de vitamina B1, le sigue en potencia vitamínica el germen de trigo y entre los productos animales  la yema del huevo” (Maynard, 1968). Para este mismo autor, la leche no es rica en vitamina B1, porque  la pasterización o pasteurización durante 30 minutos a 63º destruye el 25% de su contenido.

Cabeza torcida

Cabeza torcida

Durante el periodo de reproducción y crecimiento de la vida del Rizado se requiere un incremento de Vitamina B2; porque, los reproductores necesitan una cantidad adecuada de riboflavina (B2) para una mejora en la incubabilidad asegurando un buen desarrollo del embrión (Jull, 1962) y para evitar infertilidad de los huevos (Maynard, 1968). Asimismo, “la disminución del crecimiento y de la eficacia para aprovechar el alimento pueden ser considerados como señales específicas de la deficiencia de la riboflavina (B2). Se encuentra en la leche descremada y el suero, por lo que tienen un gran valor en las raciones de las aves” (Maynard, 1968); así como, en “la levadura, el hígado y la clara del huevo” (Babor/Ibarz, 1975).

La Vitamina B3 o niacina, es necesaria para “el crecimiento y desarrollo normal de la pluma, su carencia produce una afección llamada lengua negra (Jull, 1962). “El triptófano es el aminoácido que sirve como precursor para la síntesis de la niacina en el organismo animal” (Maynard, 1968); existiendo una relación entre la niacina y el triptófano. “Esta vitamina está muy difundida en los alimentos, encontrándose en todas las células vivas, en el hígado, en  las levaduras, guisantes, soja y germen de trigo” (Babor/Ibarz, 1975). También se conoce como ácido nicotínico.

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La carencia de la Vitamina B5 o ácido pantoténico en la ración de las aves en crecimiento determina retraso en el desarrollo y plumas sumamente deshilachada (Jull, 1962). También disminuye la fertilidad de los huevos de las aves adultas; pero está muy difundida en los alimentos de origen vegetal y animal, por lo que no es de temerse la deficiencia en raciones de las especies pecuarias. Se encuentra en la levadura, salvado de arroz y salvado de trigo (Maynard, 1968); así como, en el hígado, la hierba verde, productos lácteos, harina de cacahuete, etc. (Jull, 1962).

Plumas deshilachadas

Plumas deshilachadas

La Vitamina B6 o piridoxina, “cuando la ración es insuficiente en esta vitamina se retarda el crecimiento y corren sin dirección fija, sufren sacudidas y finalmente entran en convulsión y mueren” (Jull, 1962). “Se encuentra muy difundida en los alimentos: la levadura de cerveza, la leche, los granos de cereales y sus subproductos la contienen en cantidades considerables” (Maynard, 1968); así como, en “la cascarilla de arroz, maíz, germen de trigo, levadura, etc., combinada con proteínas” (Babor/Ibarz, 1975).

Parisino del año (pichón).Su cabeza apareción torcida un día antes del destete, Se encontraba, a nuestros ojos, en perfecto estado de salud.. Pensamos, que podría ser debido a la carencia de lguna vitamina como matiene  (Jull, 1962), o que su organismo no la asimila. También podría haber ocurrido, que los primeros días de nacido contrajera salmonella (portador, huevo o nido)  y se desarrollo en el momento deldestete, pero esto no se apreció.

Parisino del año (pichón).Su cabeza apareció torcida un día antes del destete, Se encontraba, a nuestros ojos, en perfecto estado de salud. Pensamos, que podría ser debido a la carencia de lguna vitamina como matiene (Jull, 1962), o que su organismo no la asimila. También podría haber ocurrido, que los primeros días de nacido contrajera salmonella (portador, huevo o nido) y se desarrolló en el momento del destete, pero esto no se apreció.

La vitamina B12 o cobalamina, “cumple un papel específico, en el alivio de los síntomas de la anemia perniciosa en la especie humana” (Maynard, 1968). “Las aves en crecimiento alimentadas con raciones deficientes en vitaminas B12 crecen con notable retraso, su pluma se forma mal y presenta aspecto desnutrido” (Jull, 1962); también influye de manera esencial en  fertilidad de los huevos y se encuentra relacionada con el ácido fólico y la colina. “La fuente natural más rica de esta vitamina es el hígado. Se encuentra en alimentos de origen animal, leche desecada en polvo y otros productos proteicos animales y en ciertos productos de origen vegetal como, la levadura de cerveza y otros” (Maynard, 1968).

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El inositol forma parte del complejo B y está íntimamente unido a la colina y la biotina. Se encuentra en los tejidos de todos los seres vivos: en los animales formando parte de los fosfolípidos y en las plantas (uned, 2013). Está muy difundido en los alimentos de origen animal, y por ello las raciones comúnmente usadas lo aportan en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades orgánicas de los animales de granja (Maynard, 1968).

La existencia de la colina, vitamina componente del grupo o complejo B, “fue reconocida en el organismo de los animales mucho antes de que se descubriera la primera vitamina, y su ausencia en la dieta produce falta de crecimiento, hígados grasos y hemorragia en los riñones, el tendón corrido de los pollitos y pollas y otras afecciones patológicas” (Maynard, 1968). “Actúa conjuntamente con el inositol en la formación de lecitina, que tiene importantes funciones en el sistema lipídico. La colina se sintetiza en el intestino delgado por medio de la interacción de la vitamina B12 y el ácido fólico con el aminoácido metionina” (uned, 2013).

El ácido fólico, es “fundamental para el crecimiento de los pichones, la pigmentación de la pluma, el buen desarrollo de ésta y la formación de hemoglobina” (Jull, 1962). “El ácido fólico y la vitamina B12 disminuyen la demanda de colina, protegen de daño al riñón en las ratas y benefician a los pollos en el proceso de crecimiento y en la prevención de la perosis (Maynard 1968). “Sustancia que se obtiene de las hojas verdes, siendo esencial para el crecimiento de los polluelos y de ciertas bacterias lácticas. Tiene acción antianémica y se obtiene industrialmente por síntesis” (Babor/Ibarz, 1975); también se encuentra en los granos de cereales y en varios subproductos animales, “como la levadura y las harinas de hígado” (Jull, 1962).

Rizado AGI del año (pichón). Tuvo un desarrollo muy lento, permaneciendo en lasjaula de cría con los padres más tiempo del normal. El torcimiernto de ña cabeza era bastante pronunciado, aunque en la foto no se aprecie. Creemos, que podría haber sido ocasionado más `por salmonella u otras bacterias que por carencia de algunas vitaminas o aminioacidos.

Rizado AGI del año (pichón). Tuvo un desarrollo muy lento, permaneciendo en la jaula de cría con los padres más tiempo del normal. El torcimiento de la cabeza era bastante pronunciado, aunque, en la foto no se aprecie. Creemos, que podría haber sido ocasionado más por salmonella u otras bacterias que por carencia de algunas vitaminas o aminioácidos.

Las vitaminas hidrosolubles “como el ácido ascórbico no son almacenadas en el individuo y, por tanto, deben ser ingeridas o producidas de forma continua para mantener los niveles adecuados” (Eckert, 1986); aunque las aves no precisan el ácido ascórbico en su dieta porque pueden sintetizarlo, sin embargo, el complejo que uso contiene la vitamina C. Un exceso de estas vitaminas no debe preocuparnos, “porque se eliminan rápidamente por la orina sin originar peligro alguno” (Bender, 1977). En cambio, las liposolubles se almacenan en el hígado y tejidos adiposos; consumidas en exceso pueden resultar tóxicas.

Los Nutrientes VI: el AGUA

19 junio, 2014 Posted by hnosgarciaramos

 

El agua (H2O), fuente de vida, es el compuesto químico más importante e indispensable en el desarrollo de nuestros Rizados, está compuesta por oxígeno e hidrógeno en la proporción de 8 a 1 (en peso). Para Maynard (1968, pág. 19), el agua “no es simple materia inerte o mero disolvente, sino un componente estructural y activo”.

Como componente esencial de todas las partes del cuerpo, “el agua puede constituir el 95% o más de la masa de algunos tejidos animales” (Eckert, 1989). Varía según los tejidos del mismo animal y también en el mismo tejido de distintos animales” (Hickman, 1967). Por eso, “no se puede generalizar al determinar las necesidades de agua de determinada especie animal en condiciones dadas” (Maynard, 1968).

alim-19-150x150“Afortunadamente, exceptuando los estados patológicos, el excesivo consumo de agua no produce efectos perjudiciales” (Maynard, 1968). Por lo que, debemos procurar que los rizados tengan la posibilidad de ingerir toda el agua que desean. La mayor parte del agua es ingerida en su estado natural o a partir de los alimentos; pero, también “se produce agua en los procesos metabólicos, la cual se denomina agua metabólica” (Maynard, 1968). Su papel es tan importante que el cuerpo “puede perder casi toda su grasa y más de la mitad de las proteínas sin que muera, mientras que la pérdida de una décima parte de agua acarrea la muerte” (Maynard, 1968).

“El agua desempeña una función capital en los sistemas vivos, pues en realidad muchos de los procesos físicos y químicos de las células se producen en solución acuosa” (Eckert, 1989); con otras palabras, en ella, se desarrollan la mayor parte de las reacciones bioquímicas y fisiológicas que tienen lugar en el cuerpo de los Rizados, fundamentándose en sus propiedades fisicoquímicas, entre las que destacan:

  1. actúa como componente estructural de macromoléculas como proteínas y polisacáridos;
  2. es un excelente medio de trasporte en el organismo y como disolvente universal, permite que se produzcan casi todas las reacciones bioquímicas;
  3. es el sustrato de diversas reacciones enzimáticas; y permite
  4. conseguir un equilibrio de temperaturas mediante su carácter termorregulador” (Albaladejo, 2012).

También “contribuye a ablandar los alimentos, influye en el proceso de la digestión y absorción de otros nutrientes, interviene en el transporte de los productos finales de la digestión desde el tubo digestivo a otros lugares del cuerpo y ayuda a la eliminación de los productos de desecho” (Jull, 1962). Como fuente rica en agua y nutrientes fundamentales, la lechuga y la manzana ocupan un lugar esencial durante la cría, muda y mantenimiento del Rizado

Lechuga: ayuda a regurgitar los alimentos durante la cría del pichón y tiene un alto contenido en agua.

Lechuga: ayuda a regurgitar los alimentos durante la cría del pichón y tiene un alto contenido en agua.

Para Carbajal 2002, “las vitaminas, los minerales y el agua no suministran energía”;  pero sin ellos, el organismo no es capaz de aprovechar los elementos nutrientes que suministran los alimentos, ya que tienen importantes funciones en los procesos de regulación del organismo

Las necesidades que el Rizado tiene de cada nutriente son cuantitativamente muy diferentes. Así, las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas, que se denominan macronutrientes, son los únicos que proporcionan energía o calorías; y, por ello, los debemos suministrar diariamente en cantidades bien reguladas, en la ración alimenticia del Rizado. El resto, vitaminas y minerales, que se conocen como micronutrientes, son igualmente necesarios pero en cantidades mucho menores (V. Autores).

Aunque todos los nutrientes son importantes; la ausencia o el consumo excesivo de algunos de ellos provocan, en bastantes casos, desnutrición y enfermedades que afectan los diferentes órganos del cuerpo de nuestros rizados.  Por consiguiente, si queremos lograr un estado nutritivo equilibrado en la alimentación de nuestros Rizados, debemos “incluir fuentes adecuadas de energía y proteínas por ser nutrientes vitales para su desarrollo normal” (FAO, 2000).

Como “fuentes de energía ” se pueden citar los granos de cereales como avena, alpiste, etc. y derivados; como “fuentes de proteínas” alimentos de origen animal y vegetal de alto valor proteico (huevos, frutos secos, cereales, leguminosas y granos oleaginosos). Las cuales contienen todos los nutrientes necesarios para el desarrollo de nuestros Rizados.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

BENDER A: Nutrición y alimentos dietéticos. Ed. Acribia, Zaragoza. 1977

BENDER A. Nutrición y el Metabolismo. Ed. Acribia, Zaragoza. 1993

BABOR/IBARZ. Química general moderna, Ed. Marín, Barcelona. 1975

DE BASEGGIO G. Y LOMBARDINI F.: Canarini Arriciati,  Ed. Agricole. 1974

ECKERT.: Fisiología Animal. Mecanismos y adaptaciones. Ed. Mac-Graw-Hill. 1989, 1998.

HERRERA, E.: Bioquímica: Aspectos estructurales y vías metabólicas. Edc. Edt. MacGraw-Hill.1991

HICKMAN-ROBERTS-LARSON: Principios integrales de Zoología. Ed. Mac Gaw-Hill. 1967, 2002.

JULL J.: Avicultura. Ed. UTEHA. México. 1962

MAYNARD L.: Nutrición animal. Fundamentos de la alimentación del ganado. Ed. UTEHA.1968

MORRISON F. Alimentos y alimentación del ganado. UTEHA. México. 1969

S.M.: Biología de Bachillerato

ZINGONI U.(1989): Canaricoltura. Biología y cría del canario doméstico. Piacenza 1997.

 

Páginas web consultadas:

http://ddd.uab.cat/;  Debilidad en las patas

http://www.webs.ulpgc.es.;  Nutrición animal.

http://www.uned.es; Guía de alimentación.

http://www.ffis.es.; Agua

http://www.uco.es/.; Análisis de los alimentos.

http://biblo.una.edu.ve/; Preparación de raciones

http://pendientedemigracion.ucm.es.; Nutrición

http://biblo.una.edu.ve/; Minerales en la nutrición animal.

http://www.ehu.es.; Curso de biomoléculas

http://campus.usal.es.; Modelos moleculares.

http://www.fao.org/. ; Alimentación y nutrición

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