Para releer y recordar
Se avecina el menguante de marzo; los días se van haciendo cada vez más largos con el consiguiente aumento de horas de luz. Como consecuencia, se acelera el funcionamiento y tamaño de las gónadas y otros órganos sexuales de nuestros parisinos.
Proceso, que según parece, se transmite a los criadores; manifestándose en un estado de nerviosismo, ansiedad e inquietud que da lugar, en bastantes ocasiones, a un precipitado apareamiento. El cual acarrea, en el mejor de los casos, un periodo de cría demasiado extenso en el tiempo
Generalmente, durante el periodo anterior a los apareamientos, que suele comenzar nueve semanas antes, nuestras necesidades se centran en la selección y preparación de los reproductores y en el sistema de cría que vamos a utilizar.
Pero, si nos detenemos en el concepto de percepción y que la psicología define como “la función psíquica que permite al organismo, a través de los sentidos, recibir, elaborar e interpretar la información proveniente de su entorno”.
Parece, que dicha información no la percibimos de la misma manera todos los aficionados, es decir, que todo depende del color del cristal con que se mire. Particularidad, que hace que cada uno de nosotros; seleccione las razas de canarios que nos gustan, las formas de alimentar, de tratar las enfermedades, del comienzo de la cría, de los sistemas o modalidades de cría para su elección, etc.
Sin embargo, los aficionados a los pájaros canarios, de manera especial los criadores de Parisinos, debemos tener bien claro lo que queremos, y que medios o instrumentos vamos a utilizar para conseguirlo. Lo que nos lleva, ante y durante la estación de cría, al viejo debate de las técnicas de cría y los mecanismos de la herencia para decidir sobre el eterno dilema: cruzamiento o consanguinidad.
Por ello, como hemos manifestado en otros escritos, si lo que pretendemos es conseguir buenos canarios para exposiciones o concursos y su posterior destino a la reproducción (más…)